Vistas de página en total

sábado, 10 de marzo de 2012

Capítulo 9

(Narra Emily)
Presentía que aquel iba a ser un buen día. Louis y Chloe se habían ido hacía un par de horas, y los demás habíamos aprovechado para ver París. La cara con la que miraba Cathie a Niall era de una persona francamente enamorada, bueno, y viceversa. Nicole estaba colorada ante la atenta disposición que Harry ofrecía hacia ella. Lottie iba con la cabeza gacha, sumida en sus pensamientos, al igual que Zayn, que no intercambió palabra más que con Niall para preguntarle si quedaba mucho. Y Liam... Liam era encantador. No dejaba de sonreír. No sabía bien porqué, pero su sonrisa, era especial. Era única. No es como las que se regalan a alguien que te cede el asiento en el bus, o al camarero que te sirve un café. No. Era una sonrisa sincera, relajada. Tan ensimismada estaba pensando en su sonrisa, que ni si quiera me percaté de que en esos momentos acababa de preguntar algo.-Perdón ¿Que decías?
-¿En que estabas pensando?-Me miró con esos ojos pícaros que tan tiernamente ponía cuando quería picarme.
-Nada, simplemente en como lo estarán pasando Chloe y Louis- No podía volver a meter la pata como el día anterior. Menos mal, que ahora estaba más relajada, ya los conocíamos un poco más, aunque los nervios cuando cruzaba palabras con él y la inseguridad volvían a sumarse en mi voz. ¿Qué me pasaba? Vamos, Liam era un chico. Un chico más. Uno como los que tanto odiaba de mi instituto.
-Seguro que si - Rió y miró hacia otro lado. - Bueno cumpleañera, yo creo que ya es hora de comer ¿No te parece?
-Claro por qué no - Miré a los demás - Bueno chicos ¿Dónde os apetece comer?

Niall miró hacia Cathie y dirigiéndose a nosotros nos dijo - La verdad, es que Cathie y yo queríamos acercarnos al parque de atracciones que hay detrás de la Torre Eifel, pero no hace falta que nos acompañéis, sé que las montañas rusas no es lo vuestro. - Esto último iba dirigido hacia Harry y Zayn, quienes no mostraron ni una pequeña sonrisa de amodestación.
Niall y Cathie tras algunos detalles que nos dieron de hora y lugar para la cena, se marcharon. Me volví para visualizar a los chicos, pero Harry y Nicole también habían desaparecido.
-No te molestes, ellos también tienen cosas más importantes que hacer- Liam señaló hacia dos figuras que corrían por las calles parisinas.

Bien por lo tanto sólo quedabamos Liam, Zayn, Lottie y yo. Y por lo visto, el ambiente entre aquellos dos no estaba muy animado. A mi también me apetecía pasar unas horas a solas con Liam, pero existían dos problemas que me lo impedían: Primer problema, Zayn y Lottie no podían quedarse solos, conocía a Lottie y su bipolaridad, y pordían llegar a a matarse; segundo problema, no era capaz de intermediar palabra con Liam sin que mi corazón se acelerara, y quizá ese era el problema más importante para mi en aquellos momentos. A de más a juzgar por sus comentarios, Liam tampoco mostraba especial interés en quedarse a solas conmigo.

(Narra Lottie)
-¿Os apetece que vayamos a la calle principal? - preguntó Liam.
No se que seguía haciendo allí en aquellos momentos. Sobraba. Aunque por otro lado Zayn también, y eso quieras que no me reconfortaba.
-Pff me da igual, por mi vamos a donde queráis.- Zayn comenzó a andar. Este tío era un capullo integral. Era un borde. Y pensar que podía haber llegado a gustarme... No se como podía tener la cara de ir así por el mundo, twitteando cosas dedicadas a las fans que no eran más que mentiras. Sin embargo Liam, parecía un chico antiguo. Clásico. Este tipo de chicos no solían ser mi estilo, pero aquella camisa le sentaba tan bien. Sí, ahora entendía perfectamente a Emily. Me fije en ellos. Parecía haber una química especial, aun sabiendo que Liam estaba con Danielle. Emily estaba intentándolo. ¿Por qué yo no podía intentarlo también?

Llegamos a la calle, y lo primero que hicimos, fue dirigirnos a una heladería. Un helado me iría bien para refrescar mis ideas. Entramos en el establecimiento, y el camarero y un par de adolescentes nos miraron asombrados. Me fijé en sus caras de desaprobación al vernos a Emily y a mi. Claro, estábamos con dos de los cinco chicos de One Direction. Eso, mis ojos ya no lo percataban.

-¿Chicos de qué queréis el helado? - Liam nos miró esperando una respuesta rápida, pues el chico que estaba detrás de la barra tenía ya los utensilios y el cucurucho para servirnos.
-Yo de fresa. Y tu Lottie, ¿También, no? - Sí, el de fresa era mi favorito. Y Emily lo sabía perfectamente desde aquel día en que nos conocimos.

(Flashback)
-Hola, soy Emily. Tú debes de ser nueva ¿Me equivoco? - La chica que me miraba expectante desde la puerta del baño sonreía gratamente.
-Bueno sí. ¿Suelen durar mucho las novatadas? - Mi mochila estaba llena de helado de fresa. Pero cuando digo llena, me refiero a tener fresa derretida por los bolsillos. Al igual que las otras dos que le seguían. Seguramente de otras novatas.
Se acercó mientras sonaba una pequeña carcajada - Pues no lo sé, por que yo también soy nueva, y mi mochila es la que está al lado de la tuya. ¿Oye, te gusta el helado de fresa?
-Sí, la verdad es que es mi favorito, ¿Por qué?
Me acercó una cuchara y sacó otra del bolsillo.
-Bueno pues por que creo que es un desperdicio tirarlo. - Cogió su mochila y comenzó a comerse el helado. La imité. No estaba muy bueno, pero era gracioso, por que quién nos viera... - A propósito, mi helado favorito también es el de fresa.

-Yo de chocolate. - Zayn al final parecía un poco más motivado, aunque seguía sin prestarme atención.
-Bien, yo de Vainilla.

Nos sentamos en una mesa próxima a la entrada y mientras esperábamos los helados, Liam empezó a enseñarle el baile de 1,2,3 Flick a Emily. Ella intentaba imitarle, pero la verdad es que era bastante penosa... Sonreía mientras los miraba, y por el rabillo del ojo vi como Zayn miraba hacia Emily con unos ojos distintos al Zayn que me había llamado niñata la noche anterior. Volví a mirar hacia la pareja que estaba sentada en frente nuestra, y vi como claramente Liam daba un beso a Emily en la mejilla. No sé por qué motivo, pero me levanté. Aquella situación me estaba matando.

(Narra Zayn)
Lottie se levantó de la mesa y se largó. Miré a los chicos. El beso que Liam, había regalado a Emily la había molestado.
-¿Qué le pasa a esta chica? Parece que siempre está enfada. - Acto seguido me levanté yo también agarrando los dos helados que tan amablemente traía el camarero en una bandeja y salí detrás de ella.

La busqué entre la multitud de gente, pero nada. No encontraba su precioso pelo, ni su esculpida silueta. Aquella chica era muy rara. Nunca se me habían dado bien, pero Lottie, creo que se llamaba, lo superaba.
Anduve unos cuantos metros, y la divisé sentada en un banco. Me acerqué hasta ella y me senté a su lado.

- Será mejor que te lo comas, no creo que el sabor de fresa derretido y caliente sea muy apetecible. - Ésta me miró estupefacta. Tenían unos grandes ojos de color miel, y el sol daba de pleno en su melena morena. Así con las pestañas humedecidas estaba muy mona.
Cogió el helado y sin decir palabra comenzó a lamerlo por los lados, las gotas ya comenzaban a caer.

- ¿Te gusta Liam? - La pregunta sonó brusca, muy brusca, y lo note en su mirada y en su reacción.
-¿Por-por qué? - Bajó la mirada rápida y velozmente.
-Bueno, te has ido cuando le ha dado un beso a tu amiga. ¿Casualidad? No lo creo. - No no era capaz de que mis palabras tomarán otro tono de dulzura y amabilidad. Normalmente cuando una chica me gustaba nunca conseguía ser amable con ella, por ello no había tenido muchas novias. Y aquella chica me ponía los pelos de punta. La noche anterior, nada más abrir la puerta y verla allí... No creía en el amor a primera vista, pero desde luego ella había movido algo en mi corazón.
-Pues no... De todas formas, tiene novia, Danielle, y ya le gusta a Emily, tenemos un juramente - Me miró de reojo, pensando si había echo bien al hablarme de ello, pero siguió diciendo - Jamás nos gustará un mismo chico que pueda llegar a romper nuestra amistad.
-Pero no eres tú la que decides, es tú corazón. - Sí, aquello lo sabía bien, pues mi corazón apuntaba en su dirección cada vez que la miraba.
-Mira, no me apetece hablar del tema. - hizo una pausa - ¿Y por qué derepente ahora te preocupas por mi?
-Bueno yo... - No sabía bien que responderle, ni siquiera yo mismo lo sabía.- No sé, te he visto triste y bueno, pues he venido por si necesitabas alguien con quién hablar. - Mientras estas palabras salían de mi boca vi como una sonrisa se dibujaba en su cara. Y tanto que la chica era rara, pero aquello me atraía levemente.

Tras unos segundos, un débil "Gracias" sonó cerca de mi oído, y noté como unos labios humedecidos rozaban mi mejilla. Acto seguido se levantó y yo como un tonto fui detrás de ella.

(Narra Niall)
La montaña rusa me había mareado un poco, y los tacos que habíamos comidos unas horas antes andaban revueltos por mi estomago. Pero la sonrisa de aquella chica alejaba todo lo que estaba a mi alrededor.
- Por favor, por favor, por favor, ¿Podemos subir a la noria? - Aquellos pucheros que puso eran adorables, casi tanto como ella.
-¿Pero es que tú no te cansas nunca? - No, no se cansaba, y eso me gustaba. Saqué dos tiquets para la noria. Cuando estábamos en la cola, miré hacia arriba. Era enorme. Muy alta. Demasiado. No sabía si cuando llegáramos arriba estaría en plena forma, pues tenía bastante vértigo y las fajitas seguían torturando a mi estómago.
-¿No te dará miedo no? - Cathie sonrió de nuevo pero esta vez con un poco de picardía.
-¿A mi miedo? Que va, si cuando estemos ahí arriba la que va a estar cagada vas a ser tú que vas a estar agarrada a mi hasta que lleguemos a tierra.
-¿A sí? ¿Y entonces por qué tienes el rostro pálido y compungido?
-Pues porque las fajitas que hemos comido no me han sentado muy bien, señorita quierosaberlotodo.
-Sí si seguro, señorito tengomiedoalasalturasymeinventoexcusas.
Esta conversación no tenía mucho sentido, así que supongo que las carcajadas se escuchaban desde el último puesto de la cola.

Llegó nuestro turno. La cabina era azul, bueno al menos el azul relajaba. Dejé pasar primero a Cathie y luego entré yo. El hombre cerró la cabina erméticamente, y la miró como un verdadero pervertido. Que asco me daba ese tipo de gente. Iba a contestarle, cuando la cabina comenzó a moverse. Aguanté la respiración durante unos segundos, y comencé a ponerme rojo.
-Niall Horan, puedes respirar, que la cabina no va a moverse menos por un impulso de aire.-Se echó a reir. Se puso en frentey empezó a balancearse.
-¡No!¡Para!¿Estas loca?
-¿No era que no tenías miedo a las alturas? - No dejaba de balancearse, y me estaba poniendo histérico.
-Vale, si te mentí tengo mucho vértigo, asi que por favor, te lo suplico para. - Mi cara debía ser de máxima preocupación, pues dichas aquellas palabras cesó el movimiento.
-Muy mal echo, nunca se debe mentir a una señorita. Volvió a sentarse a mi lado, y me agarro la mano. - Tranquilo, yo estoy aquí.

Llegamos al punto más alto de la noria. Todo dejo de moverse. -¿Qué pasa? ¿Por qué se para?
-Tranquilo, ahora están subiendo otras personas. No mires hacia abajo. Piensa en algo bonito.
¿Qué pensará en algo bonito? Aquello no era difícil. La tenía a ella delante. Sentía que en esos momentos, el mundo iba a acabarse y sentí un gran impulso por besarla.
-¿En que piensas?
-Pues que si el mundo se acabará ahora, mi último momento de vida no habría sido desperdiciado, porque lo hubiera pasado con la chica más bonita que existe. - Y no mentía.

domingo, 4 de marzo de 2012

Capítulo 8

(Narra Chloe)
El sol brillaba con intensidad. Un nuevo día comenzaba. One Direction. Ese fue el primer pensamiento que tube nada más tener un poco de conciencia. Que emoción.

-Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, os deseamos Chloe y Emily, cumpleaños feliiiz.- Nicole, Cathy y Lottie se aproximaron hacia nosotras con un paquete enorme. Instintivamente, Emily y yo nos miramos, y sonreímos simultaneamente.
-Bueno chicas, nos ha costado mucho esconderlo para que no lo encontrarais,- Nicole guiñó un ojo a Cathy-pero esperemos que os guste.
-Chicas, no hacía falta-No hacía falta que me regalaran nada, con tenerlas a ellas me llegaba de sobra, pero se agradecía.
-¿Es ropa? Sí, ¿Verdad?, una caja tan grande sólo puede contener tropecientos modelitos diferentes, ¿A que sí? - A Emily le fascinaba el mundo de la moda. Se le veía feliz, animada, muy distinta al día anterior. - ¡Vamos chicas, que me muero de ganas por ver lo que es!
-Tranquila Emily, no te pongas nerviosa - Cathy y Lottie echaron a reír, mientras Emily se balanceaba de un lado a otro intentando coger el paquete, pero no alcanzaba a tocarlo por su baja estatura.
-¡Sientate de una vez, pesada!-Gritó Nicole.

Todas nos sentamos al rededor de mi cama. He de reconocer que estaba nerviosa por el regalo, aunque mejor regalo que conocer a One Direction no existía.
-Antes, queremos saber que se siente teniendo ya 18 años. ¿Os ha salido alguna arruga? Yo que vosotras iba corriendo al espejo a mirarme, no vaya a ser que hayáis envejecido. - Lottie miró divertida nuestras caras después de hacer aquella suposición.
-Venga va, dales el regalo, que tengo hambre - La hora del desayuno era sagrada para Cathy, aunque también lo era para mi, y por la cara de Emily deduje que para ella también.

Nos acercaron el paquete. Emily y yo nos quedamos mirándolo por fuera. El papel dorado que lo recubría era tan bonito que daba pena romperlo. Pero ella dio el primer paso, y tiró de uno de los extremos. Conseguimos desenvolver el paquete aunque costosamente, y una enorme caja se asomaba ante nosotras. Con mucho cuidado la abrimos, y encontramos en su interior otra caja de un tamaño menor. Emily agarró la caja, y abrió su tapa, de la que sacó otra caja aún más pequeña. Así, después de cinco minutos nos encontramos rodeadas de unas diez cajas vacías cada cual más pequeña que la anterior.

-Estoy empezando a preguntarme si el regalo no serán estas cajas - Añadí mirando de refilón a Emily, quien seguía muy concentrada e ilusionada abriendo cajas. - ¿Ves algo en esa? - A Emily se le iluminaron los ojos. Parecía ser que había dado con el motín. De la caja sacó dos cajitas chiquitinas, cerradas con un imán. La suya era azul, la mía verde. Hasta en el detalle de nuestros colores favoritos se habían fijado.
-A la de tres las abrimos a la vez, ¿Va? - Emily contó hasta tres y aquellos cubos perfectos se abrieron.

Un resplandeciente collar dorado se encontraba dentro de mi caja. Tenía una medalla, con la forma de una estrella. En cada punta de ésta había grabada una inicial, que si entendía bien correspondía con cada una de las iniciales de nuestros nombres. En el centro de la estrella había una frase, que nada más leerla hizo que me conmoviera. "Una para todas. Todas para una". Mis ojos comenzaron a enrojecerse, pero aguanté las lágrimas, no quería mostrar ante ellas ese momento de debilidad o acabaríamos llorando todas. Pero ya era demasiado tarde, pues un par de lágrimas asomaron a mis pestañas y se deslizaron por mis mejillas. Levanté la vista para encontrar los ojos de Emily, pero apenas eran visibles, pues ella ya se encontraba sumida en un mar de lágrimas.

-Bueno, no es ropa, pero también lo puedes combinar con ella. - Nicole se apresuró a decir, al ver la cara de tristeza de Emily. Pero Emily no lloraba por la ropa que no le habían regalado, sino por aquel precioso colgante que sostenían sus manos.
-Chicas, me encanta.- Fueron las únicas palabras que logró decir Emily. Pues después de ellas, los sollozos inundaron la habitación.


(Narra Cathy)
Unos golpes se escucharon en la habitación. No habíamos preparado nada más hasta la hora de la cena. Me acerqué rápidamente a abrir la puerta, y para mi sorpresa, cinco chicos se avalanzaron hacia mi posición. Entraron hasta la salita, arrastrándome sin querer.

-Chicas, ¿Estáis bien? Es que hemos escuchado unos gemidos  y - Liam observó las caras de las chicas. Ahora estaban todas llorando. Pero se fijó sobre todo en Emily, a la que se le veía más conmovida por la situación. - ¿Estáis bien?-Repitió por segunda vez.
Chloe intentó hablar para quitar tensión al asunto, pero repentinamente las lágrimas se sumaron también en su rostro. Los chicos nos miraban con cara melancólica.

Emily se acercó hasta ellos, y les enseñó el colgante que llevaba ya colgado del cuello, Chloe hizo lo mismo.
Los chicos nos miraron a las demás buscando encontrar algo parecido, pero lo único que llegaron a ver fueron nuestra ropa empapada en lágrimas.

Unos minutos más tarde, cuando ya nos encontrábamos todas más calmadas, a excepción de Emily y Chloe que seguían llorando como unas verdaderas magdalenas, intentamos contarles lo sucedido.
-Hoy es su cumpleaños. Hace diez años que somos mejores amigas, una decada. Y el colgante que llevan puesto ha sido nuestro regalo. - Señalé con precisión hacia ellas.
Niall me miró, no sé si admirado por aquella acción, o paralizado en algo que había dicho.
-Nunca había visto nada igual. - Louise abrazó a Chloe. - Por un momento pensamos que se había muerto alguien.

Niall seguía mirándome, pero su expresión era ahora distinta. Delicada, sensible. Me gustaban sus ojos. Me gustaba su pelo rubio. Me gustaba su voz. Para que mentirnos. Me gustaba él entero.


(Narra Chloe)
Ahora ya estaba más calmada, y el abrazo que Louis me había dado hacía un par de minutos había ayudado bastante.
-Chloe, me gustaría enseñarte algo. ¿Te apetece pasar un día a solas con la celebre estrella  Louis Tomlinson? - Puso una cara bastante cómica que hizo que volviera a sonreír. Él sonrió también atrayéndose el mérito que había logrado.
-Me gustaría.-Le miré fijamente, y él no apartó la mirada como hacía de costumbre. Esta vez se quedo analizando cada poro de mi cara.
-Chicos, nosotros nos ausentamos hoy. Pasároslo bien.-Dijó al resto del grupo sin apartar su mirada.

Llevábamos un par de horas caminando, para mi sin rumbo. Pero él sabía perfectamente hacia donde nos dirigíamos.
-Tengo un poco de hambre, ¿Te apetece comer aquí?-Señaló una hamburguesería parecida al McDonalds.
-Sí, yo también me muero de hambre. - Entre los llantos y los abrazos no habíamos desayunado. Aunque desde que comenzamos a caminar era algo que se había borrado de mi mente.

Nos sentamos en una mesa al fondo. El sitio estaba bastante bien. La especialidad, hamburguesas, obviamente. Instantáneamente me acordé de Emily. Odiaba las hamburguesas.
-Me voy a acercar a pedir. ¿Quieres algo en especial o elijo yo?-Louis sonrió maliciosamente.
-Sorprendeme.-Dicho esto allá fue. Lo miré desde lejos. Era encantador. Me encantaba, aunque cierto era que no desde el primer momento como las demás. Primero, al ver el vídeo de What makes you beautiful, me había decantado por Niall, pero cuando se lo dije a Cathy casi me asesina. Después me dio la obsesión con Zayn, pero no era mi tipo. Y definitivamente Louis había llegado a conquistar mi corazón como ningún otro chico.

Seguí fijamente todos sus movimientos, supongo que sonriendo como una bobalicona, hasta que una figura, reconocida a mi pesar, se acercó a él. Caroline. Le saludó muy amablemente con dos besos. Después señaló hacia mi mesa. Su cara de asco fue suprema. Y la mía tampoco creo que se quedará corta.
Tras unos minutos de conversación y miradas indirectas se acercaron los dos hacia mi posición. ¿Debía ser maja con ella? La verdad es que me caía mal. Muy mal. Pero por lo visto a Louis no, y bueno, tampoco quería quedar como una fan celosa.
Me levanté cuando estaban a un par de pasos y elaboré la sonrisa más fingida que pueda existir en la faz de la tierra. - Oh Caroline, encantada, tenía muchas ganas de conocerte. - Me acerqué y le estreché la mano. Esta asqueada, apartó su mirada con indiferencia y soltó:
-Sí, bueno, como todos.- ¿De que iba? No sabía como había podido gustarle a Harry. ¡Si se le notaban las patas de gallo a quilómetros! Louis no me defendió en ningún momento de la conversación. Hubo sonrisas fingidas y miradas de desagrado, pero Louis no hizo nada por evitarlas.

Se fue, despidiéndose de Louis con otros dos besos, y añadió - Bueno, entonces con las referencias que me has dado del hotel iré a visitar a Harry.
¿Cómo que iría a visitar a Harry? A Nicole no le iba a hacer ninguna gracia. Ni a ella ni a ninguna de las chicas. Que asco me daba ese tipo de gente.

Louis se acercó de nuevo con las dos bandejas que había ido a buscar. El apetito se había ido de golpe, sólo con saber que aquella arpía había estado merodeando por aquel local. Pero hice un esfuerzo por acabarme todo, que la verdad estaba bastante rico. Durante la comida no hubo ningún tipo de conversación por mi parte. Aun que Louis no dejaba de mirar para mi.
La situación ya volvía a estar más normal. Así que levante la vista - ¿Por qué me miras tanto? ¿Acaso estoy manchada?- Él respondió a mi pregunta con una sonrisa.
-No, estaba viendo lo guapa que eres. ¿Te gustan las zanahorias? - La primera frase me había llegado al alma, pero la segunda... ¿A que venía aquella pregunta? Comenzaba a preguntarme si aquel chico sabría cortejar de verdad a una chica.
-Bueno... pues... sí, me gustan bastante.
-Entonces eres la chica perfecta. - En aquellos momentos,entre el ketchup que sostenía en la mano y mi cara no debía de haber mucha diferencia.
Me armé de valor. Cogí aire. Sabía perfectamente lo que debía decirle... pero una melodía comenzó a sonar. No no era mi móvil. Era el suyo. La gente era demasiado oportuna.
-Hola Eleanor, sí es verdad te dije que te iba a llamar y se me olvidó. Lo siento mucho, ¿me perdonas? - Se le puso cara de tonto. Con un gesto me indicó que salía un momento fuera por que allí no debía de haber mucha cobertura. Estupendo. En esos momentos estaba yo sola sentada en una mesa, con dos platos vacíos de hamburguesa. El mejor cumpleaños de mi vida. Mas o menos plantada lo que se diría. Aquella comida, que esperaba que fuese por lo menos, dulce, ya no digo romántica, había sido una mierda auténtica. Cómo las demás se lo estuvieran pasando como yo, esa noche nos íbamos a montar una fiesta que íbamos a terminar el día tal y como lo empezamos, todas entre lágrimas y sollozos.