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viernes, 29 de junio de 2012

Capítulo 11 (I parte)

Bueno, ante todo decir que siento mucho haber descuidado tanto la novela, pero con los exámenes y los trabajos se me quitaron las ganas de escribir y hasta hace poco no lo retomé. Esta es la primera parte del capítulo once, y la segunda la subiré esta noche para dejaros más intrigados. Espero que os guste. Y de nuevo lo siento mucho. 




(Narra Cathie)

No podía creerme lo que acababa de escuchar. "Pues que si el mundo se acabará ahora, mi último momento de vida no habría sido desperdiciado, porque lo hubiera pasado con la chica más bonita que existe". Niall Horan acababa de decirme que era la chica más bonita del mundo. No sabía como reaccionar. Me quedé muda. El aire comenzó a soplar con más fuerza, y ello provocó que la cabina se balanceara de un lado a otro. Niall se acercó lentamente, y me acarició el rostro. No podía creerlo. Aquella situación debía ser un sueño, un sueño que tanto tiempo llevaba recreándose en mi cabeza. Sus labios estaban cada vez más cerca, casi podía notar ya su aliento. y finalmente, me besó. Aquellos cálidos labios, aquella sensación de estar en las nubes. 


(Narra Niall)


Por fín la había besado. Tenía ganas de hacerlo. Hacía mucho tiempo que no sentía esto por nadie, y ahora Cathie había entrado en mi vida como un torbellino. 
Nos separamos después de un intenso y largo beso. Estaba algo roja, y supongo que yo también. No acostumbraba a hacer este tipo de cosas a no ser que tuviera mucho confianza, y aunque aquella chica me inspiraba gran confianza, aun no existía un fuerte lazo que la uniera a mí. 


La noria comenzó de nuevo a moverse. Aquellos minutos se me hicieron eternos. No sabía que decir, que hacer. Me fijé en Cathie. Sonreía dulce y delicadamente mirando un punto fijo en el suelo. Era preciosa.


(Narra Chloe)


Louis estaba tardando más de la cuenta. Tenía que reconocerlo, aquel esperado cumpleaños no había sido de los mejores. Pasarlo con los chicos de One Direction era todo lo que cualquier fan desearía, pero las cosas se habían torcido un poco.


La gente me miraba sorprendida. No sabía que era lo que pasaba. Me levanté para acercarme a un escaparate y mirar si había algo en mi fuera de lo normal, pero no encontré nada. Estaba medianamente bien peinada, llevaba todo en mi sitio. Hombre, tampoco era tan fea, aunque nunca se sa...
-Ya estoy aquí. - Louis apareció por una esquina. Llevaba un paquete en la mano y una sonrisa radiante. - Siento haberte echo esperar.
- Ya era hora, la gente no deja de mirarme, y me estoy empezando a poner nerviosa.
- Hombre, eres bastante guapa, yo creo que es normal que te miren. - Ese tipo de cosas no funcionaban conmigo, así que levanté una ceja aun apesar de que no me salía.- Bueno, aunque también puede ser que sea por que vas conmigo, claramente, yo soy muy atractivo.
Aquello provocó unas cuantas carcajadas por mi parte. No pude evitar reírme. Louis me encantaba, siempre me sacaba una sonrisa en mis peores momentos. 
-¿Ya le has comprado el regalo a Eleanor? - Dije señalando a la caja.
- No. en realidad esto es para ti, por tu cumpleaños. 
-Pero, no hacía falta que me compraras nada. - Aunque bien mirado, por todo lo que me había echo pasar ese día, no estaba de menos.


Agarré la bola. Lo abrí con ansia, sin mirar la marca ni la etiqueta ni nada. Y a mis ojos asomó un vestido verde, el mismo que me había probado unos minutos antes.
- Pero, no puede ser. No, Loui, no puedo aceptarlo, es demasiado caro. 
- Por favor, quiero que te lo pongas esta noche, y no acepto un no por respuesta, así que vamos, andando. Por cierto, ¿me has llamado Loui? Me gusta.
Es cierto lo había llamado Loui, sin darme cuenta. El susodicho comenzó a andar, sin darme a tiempo a renegar más por mi regalo. Pero, había dicho ¿para esa noche? No lo recordaba bien, aunque juraría que esa noche tenía algo que hacer.

domingo, 15 de abril de 2012

Capítulo 10

(Narra Louis)
Caminamos durante una hora y media sin mediar palabra. Que hubiera aparecido Caroline no le había sentado bien, y menos aún que saliera del restaurante para hablar con Eleanor. Aquella situación me estaba matando. No podía dejar que aquella expresión siguiera en su rostro o nos contagiaría a los dos. Y bueno, yo era Louis, el bromista, el divertido, ¿Entonces por qué no podía ser yo mismo?

- Y bueno, que tal esta Eleanor - Izó un incapié en este último nombre.
- Pues bueno, bien. Me pidió que le comprará un regalito, pero no es que se me den muy bien esas cosas. - Su expresión cambió. Había terminado por cagarla del todo.
- Que suerte que tiene - Levantó la vista un momento. Los ojos le brillaban. Aquellos preciosos ojos verdes. - Si quieres yo te ayudo a comprarle algo.
No me dio tiempo a decir nada. Tenía ganas de abrazarla o de... ¿besarla? Me excitaba tanto o más como Eleanor en el momento en que la conocí. Y ¿Qué había querido decir con "que suerte que tiene"?

Llegamos a un centro comercial y entramos en unas de las primeras tiendas que vimos. La marca era francesa.
- ¿Que te parece este vesito? Me señaló un vestido verde, largo y elegante. Muy sofisticado. Contrastaba a la perfección con sus ojos, y su sonrisa le acompañaba dulcemente. Estaría precioso con él.
-Creo que te quedaría muy bien. ¿Por qué no te lo pruebas? - Me miró sorprendida.
- No, si te lo enseñaba para Eleanor.
-Lo sé, pero creo que a ti te sentiría mejor.- Tras estas palabras se ruborizó. Bajo el rostro y miró la etiqueta.
-Pero yo no puedo pagar esto, es muy caro. - Iba a dejarlo, cuando le agarre la mano. Un escalofrio me recorrió el cuerpo de arriba a abajo. Me miró sorprendida.
- Pruébatelo, seguro que te queda muy bien. Sólo probar, por favor. - Puse ojitos de corderito degollado y el intento de unos pucheros mal hechos.
-Esta bien, pero solo probar. - Una sonrisa dulce y sincera apareció de nuevo en su rostro.

Estaba sentado en un sofá delante de los probadores cuando se abrieron y de estos salió una chica castaña clara, alta, con un preciosos vestido verde que se ajustaba perfectamente a sus curvas. Me quede sin respiración unos instantes. Guapa era poco.

-Bueno... ¿qué te parece? - Se puso delante de mi, esperando una respuesta exacta, que en aquellos momentos no lograba que saliera de mi boca.
-Pues, bueno, quiero decir, estas, eres...
-¿Quieres un vaso de agua? - Sonriendo me acercó un vaso de plastico que lleno cuidadosamente de una máquina.
-Sí, gracias. - Humedecí los labios nada más.
-¿Y bien?
-Pues estas... impresionante.
Sonrió. Aquellas eran la palabras que quería oír. Se notaba en su rostro, en su expresión, en sus manos y sus piernas como le temblaban cuando escuchó aquellas palabras.
-Sí, la verdad es que es muy bonito, pero como ya te he dicho, no puedo pagarmelo. - Entró con aire triste en el probador y cerró la cortina. Ella no podía pagarselo, pero yo sí.

Al salir, estuvimos buscando en un par de tiendas más, de marcas quizá no tan caras como la anterior, pero que con precios elevados también.
-Chloe, voy a ir un momento al baño. Si quieres espérame en esa cafetería. Pronto tendrémos que ir al hotel. - Chloe sigúió las instrucciones y se sentó en una mesa en una esquina.

No pensaba ir al baño. Me apresuré a la tienda francesa y busqué el vestido verde. Cuando lo cojí, los recuerdos me inundaron la mente. Estaba encantadora con él, aun que más bien, sexy. Mientras pagaba, la dependienta me miraba y sonreía.
- ¿Es para su novia, no? Era muy guapa, y le sentaba de maravilla este traje. - Me quedé pensando en aquellas palabras. Mi novia... me ruboricé unos instantes. No me importaría que fuera mi novia. Era preciosa, encantadora, incluso más que Eleanor, y aquello me dolía pensarlo.

Unas horas antes...
(Narra Lauren)
No podía creerme que estuviera bailando con Harry Styles. Aquel chico era una caja de sorpresas. Tan pronto te llevaba a un puente romántico a la luz de la luna, como te ponía a bailar en medio de la calle. Eso era lo que siempre me había gustado de él. Era demasiado impredecible. Nunca existía la rutina a su lado. Bueno ni a su lado, ni al de ninguno de los chicos.

-¿No estás cansado? Me duelen mucho los pies. Creo que en mi vida había bailado tanto.
- Bueno, estoy acostumbrado a moverme en los escenarios. Pero si quieres paramos a descansar.- Encima atento.
-Bueno, podíamos dar un paseo por el centro hasta la Torre Eifel, si te apetece. - Hoy estaba mucho más relajada que el día anterior. Cuando estaba con él me sentía agusto. Me sentía protegida.
- Me parece estupendo.

Andamos y andamos hasta que nos topamos de frente con la Torre Eiffel. La conversación había sido muy entretenida. Habíamos hablado de un montón de cosas, tanto de chicas, como de chicos, como de ropa, como de viajes... Me encantaba aquel chico.
- Ven, corre. - Me agarro de la muñeca y acto seguido se coló por una rendija.
- ¿Qué haces? No pretenderás subir a la Torre Eiffel, por que te recuerdo que está cerrada.
- ¡Ah! ¿De verdad? Yo que creí que - Me cogió el bolso y comenzó a subir escaleras arriba.
- ¡Eh, Harry, devuelvemelo! ¡Qué llevo los pasaportes ahí dentro!
- ¿Lo quieres? Pues ven a buscarlo. - Echo a correr escaleras arriba. Impredecible, lo que yo decía.
- ¡Harry vamos, devuelvemelo, ¿no crees que ya hemos hecho bastante ejercicio por hoy?!

Llegamos al último piso. Creí que el corazón se me salía del pecho. No podía más estaba mareada, y casi no alcanzaba a respirar. Sinembargo él seguía con vitalidad.
- Vaya, te veo en baja forma.
-Ya.. y ... yo... a ... ti... en .... mu... muy.... buena... for... ma... - Me faltaba el aire y tube que sentarme en un banco.
Cuando recuperé el aliento y estaba apunto de abalanzarme encima de él, escuchamos unos pasos. Me tapó la boca, y corrimos otro poco más hasta llegar a un elevador. Estaba resguardado, puesto que no era el principal.

-¿Tienes frío? - Cogió su chaqueta y me la colocó en los hombros.
-Gracias. - Desde allí las vistas eran alucinantes. - Que bonito.
- Ya lo creo. - Harry seguía observandome, lo había visto por el rabillo del ojo.
- Vamos, si ni siquiera las has visto.
- Sí, te tengo delante. - Tras esto enmudecí. Comenzó a hacer calor, y la chaqueta me sobraba. Empezó a juntarse lentamente, sin dejar de mirarme a los ojos. Aquella atracción la notaba yo también. Y cuando estabamos apunto del beso de película, algo me recordó a Jack. Aquella noche. El viento golpeándome en la cara.
- Creo que será mejor que nos vayamos, los chicos deben de estar esperándonos. - Aparté la cara hacia un lado. No estaba dispuesta a que nadie más volvier a hacerme daño. Nunca.


sábado, 10 de marzo de 2012

Capítulo 9

(Narra Emily)
Presentía que aquel iba a ser un buen día. Louis y Chloe se habían ido hacía un par de horas, y los demás habíamos aprovechado para ver París. La cara con la que miraba Cathie a Niall era de una persona francamente enamorada, bueno, y viceversa. Nicole estaba colorada ante la atenta disposición que Harry ofrecía hacia ella. Lottie iba con la cabeza gacha, sumida en sus pensamientos, al igual que Zayn, que no intercambió palabra más que con Niall para preguntarle si quedaba mucho. Y Liam... Liam era encantador. No dejaba de sonreír. No sabía bien porqué, pero su sonrisa, era especial. Era única. No es como las que se regalan a alguien que te cede el asiento en el bus, o al camarero que te sirve un café. No. Era una sonrisa sincera, relajada. Tan ensimismada estaba pensando en su sonrisa, que ni si quiera me percaté de que en esos momentos acababa de preguntar algo.-Perdón ¿Que decías?
-¿En que estabas pensando?-Me miró con esos ojos pícaros que tan tiernamente ponía cuando quería picarme.
-Nada, simplemente en como lo estarán pasando Chloe y Louis- No podía volver a meter la pata como el día anterior. Menos mal, que ahora estaba más relajada, ya los conocíamos un poco más, aunque los nervios cuando cruzaba palabras con él y la inseguridad volvían a sumarse en mi voz. ¿Qué me pasaba? Vamos, Liam era un chico. Un chico más. Uno como los que tanto odiaba de mi instituto.
-Seguro que si - Rió y miró hacia otro lado. - Bueno cumpleañera, yo creo que ya es hora de comer ¿No te parece?
-Claro por qué no - Miré a los demás - Bueno chicos ¿Dónde os apetece comer?

Niall miró hacia Cathie y dirigiéndose a nosotros nos dijo - La verdad, es que Cathie y yo queríamos acercarnos al parque de atracciones que hay detrás de la Torre Eifel, pero no hace falta que nos acompañéis, sé que las montañas rusas no es lo vuestro. - Esto último iba dirigido hacia Harry y Zayn, quienes no mostraron ni una pequeña sonrisa de amodestación.
Niall y Cathie tras algunos detalles que nos dieron de hora y lugar para la cena, se marcharon. Me volví para visualizar a los chicos, pero Harry y Nicole también habían desaparecido.
-No te molestes, ellos también tienen cosas más importantes que hacer- Liam señaló hacia dos figuras que corrían por las calles parisinas.

Bien por lo tanto sólo quedabamos Liam, Zayn, Lottie y yo. Y por lo visto, el ambiente entre aquellos dos no estaba muy animado. A mi también me apetecía pasar unas horas a solas con Liam, pero existían dos problemas que me lo impedían: Primer problema, Zayn y Lottie no podían quedarse solos, conocía a Lottie y su bipolaridad, y pordían llegar a a matarse; segundo problema, no era capaz de intermediar palabra con Liam sin que mi corazón se acelerara, y quizá ese era el problema más importante para mi en aquellos momentos. A de más a juzgar por sus comentarios, Liam tampoco mostraba especial interés en quedarse a solas conmigo.

(Narra Lottie)
-¿Os apetece que vayamos a la calle principal? - preguntó Liam.
No se que seguía haciendo allí en aquellos momentos. Sobraba. Aunque por otro lado Zayn también, y eso quieras que no me reconfortaba.
-Pff me da igual, por mi vamos a donde queráis.- Zayn comenzó a andar. Este tío era un capullo integral. Era un borde. Y pensar que podía haber llegado a gustarme... No se como podía tener la cara de ir así por el mundo, twitteando cosas dedicadas a las fans que no eran más que mentiras. Sin embargo Liam, parecía un chico antiguo. Clásico. Este tipo de chicos no solían ser mi estilo, pero aquella camisa le sentaba tan bien. Sí, ahora entendía perfectamente a Emily. Me fije en ellos. Parecía haber una química especial, aun sabiendo que Liam estaba con Danielle. Emily estaba intentándolo. ¿Por qué yo no podía intentarlo también?

Llegamos a la calle, y lo primero que hicimos, fue dirigirnos a una heladería. Un helado me iría bien para refrescar mis ideas. Entramos en el establecimiento, y el camarero y un par de adolescentes nos miraron asombrados. Me fijé en sus caras de desaprobación al vernos a Emily y a mi. Claro, estábamos con dos de los cinco chicos de One Direction. Eso, mis ojos ya no lo percataban.

-¿Chicos de qué queréis el helado? - Liam nos miró esperando una respuesta rápida, pues el chico que estaba detrás de la barra tenía ya los utensilios y el cucurucho para servirnos.
-Yo de fresa. Y tu Lottie, ¿También, no? - Sí, el de fresa era mi favorito. Y Emily lo sabía perfectamente desde aquel día en que nos conocimos.

(Flashback)
-Hola, soy Emily. Tú debes de ser nueva ¿Me equivoco? - La chica que me miraba expectante desde la puerta del baño sonreía gratamente.
-Bueno sí. ¿Suelen durar mucho las novatadas? - Mi mochila estaba llena de helado de fresa. Pero cuando digo llena, me refiero a tener fresa derretida por los bolsillos. Al igual que las otras dos que le seguían. Seguramente de otras novatas.
Se acercó mientras sonaba una pequeña carcajada - Pues no lo sé, por que yo también soy nueva, y mi mochila es la que está al lado de la tuya. ¿Oye, te gusta el helado de fresa?
-Sí, la verdad es que es mi favorito, ¿Por qué?
Me acercó una cuchara y sacó otra del bolsillo.
-Bueno pues por que creo que es un desperdicio tirarlo. - Cogió su mochila y comenzó a comerse el helado. La imité. No estaba muy bueno, pero era gracioso, por que quién nos viera... - A propósito, mi helado favorito también es el de fresa.

-Yo de chocolate. - Zayn al final parecía un poco más motivado, aunque seguía sin prestarme atención.
-Bien, yo de Vainilla.

Nos sentamos en una mesa próxima a la entrada y mientras esperábamos los helados, Liam empezó a enseñarle el baile de 1,2,3 Flick a Emily. Ella intentaba imitarle, pero la verdad es que era bastante penosa... Sonreía mientras los miraba, y por el rabillo del ojo vi como Zayn miraba hacia Emily con unos ojos distintos al Zayn que me había llamado niñata la noche anterior. Volví a mirar hacia la pareja que estaba sentada en frente nuestra, y vi como claramente Liam daba un beso a Emily en la mejilla. No sé por qué motivo, pero me levanté. Aquella situación me estaba matando.

(Narra Zayn)
Lottie se levantó de la mesa y se largó. Miré a los chicos. El beso que Liam, había regalado a Emily la había molestado.
-¿Qué le pasa a esta chica? Parece que siempre está enfada. - Acto seguido me levanté yo también agarrando los dos helados que tan amablemente traía el camarero en una bandeja y salí detrás de ella.

La busqué entre la multitud de gente, pero nada. No encontraba su precioso pelo, ni su esculpida silueta. Aquella chica era muy rara. Nunca se me habían dado bien, pero Lottie, creo que se llamaba, lo superaba.
Anduve unos cuantos metros, y la divisé sentada en un banco. Me acerqué hasta ella y me senté a su lado.

- Será mejor que te lo comas, no creo que el sabor de fresa derretido y caliente sea muy apetecible. - Ésta me miró estupefacta. Tenían unos grandes ojos de color miel, y el sol daba de pleno en su melena morena. Así con las pestañas humedecidas estaba muy mona.
Cogió el helado y sin decir palabra comenzó a lamerlo por los lados, las gotas ya comenzaban a caer.

- ¿Te gusta Liam? - La pregunta sonó brusca, muy brusca, y lo note en su mirada y en su reacción.
-¿Por-por qué? - Bajó la mirada rápida y velozmente.
-Bueno, te has ido cuando le ha dado un beso a tu amiga. ¿Casualidad? No lo creo. - No no era capaz de que mis palabras tomarán otro tono de dulzura y amabilidad. Normalmente cuando una chica me gustaba nunca conseguía ser amable con ella, por ello no había tenido muchas novias. Y aquella chica me ponía los pelos de punta. La noche anterior, nada más abrir la puerta y verla allí... No creía en el amor a primera vista, pero desde luego ella había movido algo en mi corazón.
-Pues no... De todas formas, tiene novia, Danielle, y ya le gusta a Emily, tenemos un juramente - Me miró de reojo, pensando si había echo bien al hablarme de ello, pero siguió diciendo - Jamás nos gustará un mismo chico que pueda llegar a romper nuestra amistad.
-Pero no eres tú la que decides, es tú corazón. - Sí, aquello lo sabía bien, pues mi corazón apuntaba en su dirección cada vez que la miraba.
-Mira, no me apetece hablar del tema. - hizo una pausa - ¿Y por qué derepente ahora te preocupas por mi?
-Bueno yo... - No sabía bien que responderle, ni siquiera yo mismo lo sabía.- No sé, te he visto triste y bueno, pues he venido por si necesitabas alguien con quién hablar. - Mientras estas palabras salían de mi boca vi como una sonrisa se dibujaba en su cara. Y tanto que la chica era rara, pero aquello me atraía levemente.

Tras unos segundos, un débil "Gracias" sonó cerca de mi oído, y noté como unos labios humedecidos rozaban mi mejilla. Acto seguido se levantó y yo como un tonto fui detrás de ella.

(Narra Niall)
La montaña rusa me había mareado un poco, y los tacos que habíamos comidos unas horas antes andaban revueltos por mi estomago. Pero la sonrisa de aquella chica alejaba todo lo que estaba a mi alrededor.
- Por favor, por favor, por favor, ¿Podemos subir a la noria? - Aquellos pucheros que puso eran adorables, casi tanto como ella.
-¿Pero es que tú no te cansas nunca? - No, no se cansaba, y eso me gustaba. Saqué dos tiquets para la noria. Cuando estábamos en la cola, miré hacia arriba. Era enorme. Muy alta. Demasiado. No sabía si cuando llegáramos arriba estaría en plena forma, pues tenía bastante vértigo y las fajitas seguían torturando a mi estómago.
-¿No te dará miedo no? - Cathie sonrió de nuevo pero esta vez con un poco de picardía.
-¿A mi miedo? Que va, si cuando estemos ahí arriba la que va a estar cagada vas a ser tú que vas a estar agarrada a mi hasta que lleguemos a tierra.
-¿A sí? ¿Y entonces por qué tienes el rostro pálido y compungido?
-Pues porque las fajitas que hemos comido no me han sentado muy bien, señorita quierosaberlotodo.
-Sí si seguro, señorito tengomiedoalasalturasymeinventoexcusas.
Esta conversación no tenía mucho sentido, así que supongo que las carcajadas se escuchaban desde el último puesto de la cola.

Llegó nuestro turno. La cabina era azul, bueno al menos el azul relajaba. Dejé pasar primero a Cathie y luego entré yo. El hombre cerró la cabina erméticamente, y la miró como un verdadero pervertido. Que asco me daba ese tipo de gente. Iba a contestarle, cuando la cabina comenzó a moverse. Aguanté la respiración durante unos segundos, y comencé a ponerme rojo.
-Niall Horan, puedes respirar, que la cabina no va a moverse menos por un impulso de aire.-Se echó a reir. Se puso en frentey empezó a balancearse.
-¡No!¡Para!¿Estas loca?
-¿No era que no tenías miedo a las alturas? - No dejaba de balancearse, y me estaba poniendo histérico.
-Vale, si te mentí tengo mucho vértigo, asi que por favor, te lo suplico para. - Mi cara debía ser de máxima preocupación, pues dichas aquellas palabras cesó el movimiento.
-Muy mal echo, nunca se debe mentir a una señorita. Volvió a sentarse a mi lado, y me agarro la mano. - Tranquilo, yo estoy aquí.

Llegamos al punto más alto de la noria. Todo dejo de moverse. -¿Qué pasa? ¿Por qué se para?
-Tranquilo, ahora están subiendo otras personas. No mires hacia abajo. Piensa en algo bonito.
¿Qué pensará en algo bonito? Aquello no era difícil. La tenía a ella delante. Sentía que en esos momentos, el mundo iba a acabarse y sentí un gran impulso por besarla.
-¿En que piensas?
-Pues que si el mundo se acabará ahora, mi último momento de vida no habría sido desperdiciado, porque lo hubiera pasado con la chica más bonita que existe. - Y no mentía.

domingo, 4 de marzo de 2012

Capítulo 8

(Narra Chloe)
El sol brillaba con intensidad. Un nuevo día comenzaba. One Direction. Ese fue el primer pensamiento que tube nada más tener un poco de conciencia. Que emoción.

-Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, os deseamos Chloe y Emily, cumpleaños feliiiz.- Nicole, Cathy y Lottie se aproximaron hacia nosotras con un paquete enorme. Instintivamente, Emily y yo nos miramos, y sonreímos simultaneamente.
-Bueno chicas, nos ha costado mucho esconderlo para que no lo encontrarais,- Nicole guiñó un ojo a Cathy-pero esperemos que os guste.
-Chicas, no hacía falta-No hacía falta que me regalaran nada, con tenerlas a ellas me llegaba de sobra, pero se agradecía.
-¿Es ropa? Sí, ¿Verdad?, una caja tan grande sólo puede contener tropecientos modelitos diferentes, ¿A que sí? - A Emily le fascinaba el mundo de la moda. Se le veía feliz, animada, muy distinta al día anterior. - ¡Vamos chicas, que me muero de ganas por ver lo que es!
-Tranquila Emily, no te pongas nerviosa - Cathy y Lottie echaron a reír, mientras Emily se balanceaba de un lado a otro intentando coger el paquete, pero no alcanzaba a tocarlo por su baja estatura.
-¡Sientate de una vez, pesada!-Gritó Nicole.

Todas nos sentamos al rededor de mi cama. He de reconocer que estaba nerviosa por el regalo, aunque mejor regalo que conocer a One Direction no existía.
-Antes, queremos saber que se siente teniendo ya 18 años. ¿Os ha salido alguna arruga? Yo que vosotras iba corriendo al espejo a mirarme, no vaya a ser que hayáis envejecido. - Lottie miró divertida nuestras caras después de hacer aquella suposición.
-Venga va, dales el regalo, que tengo hambre - La hora del desayuno era sagrada para Cathy, aunque también lo era para mi, y por la cara de Emily deduje que para ella también.

Nos acercaron el paquete. Emily y yo nos quedamos mirándolo por fuera. El papel dorado que lo recubría era tan bonito que daba pena romperlo. Pero ella dio el primer paso, y tiró de uno de los extremos. Conseguimos desenvolver el paquete aunque costosamente, y una enorme caja se asomaba ante nosotras. Con mucho cuidado la abrimos, y encontramos en su interior otra caja de un tamaño menor. Emily agarró la caja, y abrió su tapa, de la que sacó otra caja aún más pequeña. Así, después de cinco minutos nos encontramos rodeadas de unas diez cajas vacías cada cual más pequeña que la anterior.

-Estoy empezando a preguntarme si el regalo no serán estas cajas - Añadí mirando de refilón a Emily, quien seguía muy concentrada e ilusionada abriendo cajas. - ¿Ves algo en esa? - A Emily se le iluminaron los ojos. Parecía ser que había dado con el motín. De la caja sacó dos cajitas chiquitinas, cerradas con un imán. La suya era azul, la mía verde. Hasta en el detalle de nuestros colores favoritos se habían fijado.
-A la de tres las abrimos a la vez, ¿Va? - Emily contó hasta tres y aquellos cubos perfectos se abrieron.

Un resplandeciente collar dorado se encontraba dentro de mi caja. Tenía una medalla, con la forma de una estrella. En cada punta de ésta había grabada una inicial, que si entendía bien correspondía con cada una de las iniciales de nuestros nombres. En el centro de la estrella había una frase, que nada más leerla hizo que me conmoviera. "Una para todas. Todas para una". Mis ojos comenzaron a enrojecerse, pero aguanté las lágrimas, no quería mostrar ante ellas ese momento de debilidad o acabaríamos llorando todas. Pero ya era demasiado tarde, pues un par de lágrimas asomaron a mis pestañas y se deslizaron por mis mejillas. Levanté la vista para encontrar los ojos de Emily, pero apenas eran visibles, pues ella ya se encontraba sumida en un mar de lágrimas.

-Bueno, no es ropa, pero también lo puedes combinar con ella. - Nicole se apresuró a decir, al ver la cara de tristeza de Emily. Pero Emily no lloraba por la ropa que no le habían regalado, sino por aquel precioso colgante que sostenían sus manos.
-Chicas, me encanta.- Fueron las únicas palabras que logró decir Emily. Pues después de ellas, los sollozos inundaron la habitación.


(Narra Cathy)
Unos golpes se escucharon en la habitación. No habíamos preparado nada más hasta la hora de la cena. Me acerqué rápidamente a abrir la puerta, y para mi sorpresa, cinco chicos se avalanzaron hacia mi posición. Entraron hasta la salita, arrastrándome sin querer.

-Chicas, ¿Estáis bien? Es que hemos escuchado unos gemidos  y - Liam observó las caras de las chicas. Ahora estaban todas llorando. Pero se fijó sobre todo en Emily, a la que se le veía más conmovida por la situación. - ¿Estáis bien?-Repitió por segunda vez.
Chloe intentó hablar para quitar tensión al asunto, pero repentinamente las lágrimas se sumaron también en su rostro. Los chicos nos miraban con cara melancólica.

Emily se acercó hasta ellos, y les enseñó el colgante que llevaba ya colgado del cuello, Chloe hizo lo mismo.
Los chicos nos miraron a las demás buscando encontrar algo parecido, pero lo único que llegaron a ver fueron nuestra ropa empapada en lágrimas.

Unos minutos más tarde, cuando ya nos encontrábamos todas más calmadas, a excepción de Emily y Chloe que seguían llorando como unas verdaderas magdalenas, intentamos contarles lo sucedido.
-Hoy es su cumpleaños. Hace diez años que somos mejores amigas, una decada. Y el colgante que llevan puesto ha sido nuestro regalo. - Señalé con precisión hacia ellas.
Niall me miró, no sé si admirado por aquella acción, o paralizado en algo que había dicho.
-Nunca había visto nada igual. - Louise abrazó a Chloe. - Por un momento pensamos que se había muerto alguien.

Niall seguía mirándome, pero su expresión era ahora distinta. Delicada, sensible. Me gustaban sus ojos. Me gustaba su pelo rubio. Me gustaba su voz. Para que mentirnos. Me gustaba él entero.


(Narra Chloe)
Ahora ya estaba más calmada, y el abrazo que Louis me había dado hacía un par de minutos había ayudado bastante.
-Chloe, me gustaría enseñarte algo. ¿Te apetece pasar un día a solas con la celebre estrella  Louis Tomlinson? - Puso una cara bastante cómica que hizo que volviera a sonreír. Él sonrió también atrayéndose el mérito que había logrado.
-Me gustaría.-Le miré fijamente, y él no apartó la mirada como hacía de costumbre. Esta vez se quedo analizando cada poro de mi cara.
-Chicos, nosotros nos ausentamos hoy. Pasároslo bien.-Dijó al resto del grupo sin apartar su mirada.

Llevábamos un par de horas caminando, para mi sin rumbo. Pero él sabía perfectamente hacia donde nos dirigíamos.
-Tengo un poco de hambre, ¿Te apetece comer aquí?-Señaló una hamburguesería parecida al McDonalds.
-Sí, yo también me muero de hambre. - Entre los llantos y los abrazos no habíamos desayunado. Aunque desde que comenzamos a caminar era algo que se había borrado de mi mente.

Nos sentamos en una mesa al fondo. El sitio estaba bastante bien. La especialidad, hamburguesas, obviamente. Instantáneamente me acordé de Emily. Odiaba las hamburguesas.
-Me voy a acercar a pedir. ¿Quieres algo en especial o elijo yo?-Louis sonrió maliciosamente.
-Sorprendeme.-Dicho esto allá fue. Lo miré desde lejos. Era encantador. Me encantaba, aunque cierto era que no desde el primer momento como las demás. Primero, al ver el vídeo de What makes you beautiful, me había decantado por Niall, pero cuando se lo dije a Cathy casi me asesina. Después me dio la obsesión con Zayn, pero no era mi tipo. Y definitivamente Louis había llegado a conquistar mi corazón como ningún otro chico.

Seguí fijamente todos sus movimientos, supongo que sonriendo como una bobalicona, hasta que una figura, reconocida a mi pesar, se acercó a él. Caroline. Le saludó muy amablemente con dos besos. Después señaló hacia mi mesa. Su cara de asco fue suprema. Y la mía tampoco creo que se quedará corta.
Tras unos minutos de conversación y miradas indirectas se acercaron los dos hacia mi posición. ¿Debía ser maja con ella? La verdad es que me caía mal. Muy mal. Pero por lo visto a Louis no, y bueno, tampoco quería quedar como una fan celosa.
Me levanté cuando estaban a un par de pasos y elaboré la sonrisa más fingida que pueda existir en la faz de la tierra. - Oh Caroline, encantada, tenía muchas ganas de conocerte. - Me acerqué y le estreché la mano. Esta asqueada, apartó su mirada con indiferencia y soltó:
-Sí, bueno, como todos.- ¿De que iba? No sabía como había podido gustarle a Harry. ¡Si se le notaban las patas de gallo a quilómetros! Louis no me defendió en ningún momento de la conversación. Hubo sonrisas fingidas y miradas de desagrado, pero Louis no hizo nada por evitarlas.

Se fue, despidiéndose de Louis con otros dos besos, y añadió - Bueno, entonces con las referencias que me has dado del hotel iré a visitar a Harry.
¿Cómo que iría a visitar a Harry? A Nicole no le iba a hacer ninguna gracia. Ni a ella ni a ninguna de las chicas. Que asco me daba ese tipo de gente.

Louis se acercó de nuevo con las dos bandejas que había ido a buscar. El apetito se había ido de golpe, sólo con saber que aquella arpía había estado merodeando por aquel local. Pero hice un esfuerzo por acabarme todo, que la verdad estaba bastante rico. Durante la comida no hubo ningún tipo de conversación por mi parte. Aun que Louis no dejaba de mirar para mi.
La situación ya volvía a estar más normal. Así que levante la vista - ¿Por qué me miras tanto? ¿Acaso estoy manchada?- Él respondió a mi pregunta con una sonrisa.
-No, estaba viendo lo guapa que eres. ¿Te gustan las zanahorias? - La primera frase me había llegado al alma, pero la segunda... ¿A que venía aquella pregunta? Comenzaba a preguntarme si aquel chico sabría cortejar de verdad a una chica.
-Bueno... pues... sí, me gustan bastante.
-Entonces eres la chica perfecta. - En aquellos momentos,entre el ketchup que sostenía en la mano y mi cara no debía de haber mucha diferencia.
Me armé de valor. Cogí aire. Sabía perfectamente lo que debía decirle... pero una melodía comenzó a sonar. No no era mi móvil. Era el suyo. La gente era demasiado oportuna.
-Hola Eleanor, sí es verdad te dije que te iba a llamar y se me olvidó. Lo siento mucho, ¿me perdonas? - Se le puso cara de tonto. Con un gesto me indicó que salía un momento fuera por que allí no debía de haber mucha cobertura. Estupendo. En esos momentos estaba yo sola sentada en una mesa, con dos platos vacíos de hamburguesa. El mejor cumpleaños de mi vida. Mas o menos plantada lo que se diría. Aquella comida, que esperaba que fuese por lo menos, dulce, ya no digo romántica, había sido una mierda auténtica. Cómo las demás se lo estuvieran pasando como yo, esa noche nos íbamos a montar una fiesta que íbamos a terminar el día tal y como lo empezamos, todas entre lágrimas y sollozos.

viernes, 17 de febrero de 2012

Capítulo 7

Unas horas antes...
(Narra Harry)
Quien me iba a decir a mi que ahora estaría comiendo con una chica que a penas conozco. Es más, ni siquiera sabía su nombre, pero lo cierto era que me atraía y me gustaba su compañía. Había conseguido que olvidara por completo a Caroline. Caroline... ¿Qué pensaría ahora si me viera con ella?
-¿En que estas pensando? - La voz de aquella preciosa chica me sacó de mis ensimismamientos. Sonreía atentamente, esperando una respuesta clara, que obviamente no la iba a dar, pues nos pondría tensos a los dos.
-Pues en que aun no sé cual es tu nombre.-Ahora la que estaba desconcertada era ella. Se quedó quieta unos instantes, luego se levantó.
-Si aguantas conmigo hasta la noche, te lo diré.
-Estarás de broma, ¿No? - Estábamos empezando a entrar en un juego que me gustaba. Aquella chica que parecía ser tímida, estaba demostrando su picardía.-¿Y como se supone que debo llamarte hasta la noche?
-No creo que aguantes conmigo tanto tiempo. En cuanto me conozcas un poco, me abandonaras, como hacen todos. - Bajó su rostro y una lágrima se escurrió por su mejilla. Pero aquello no la hizo dejar de sonreír. Levantó de nuevo la vista y con una expresión entre sufrimiento y melancolía siguió hablando. - Bueno, ¿Y a donde vamos?


Tenía algo preparado. Mientras comíamos unos perritos calientes en un cercano parque al lado del hotel, se me ocurrió la maravillosa idea de visitar el puente de los enamorados. Aquello le impresionaría.
Llegamos al fin. Ese dichoso puente estaba en la otra punta de la ciudad, habíamos tardado más de dos horas en llegar. Pues el atasco que se había formulado en el centro de París nos había mantenido parados por lo menos una hora.
-Esto no será... - Se quedó con la boca abierta mirando hacia aquel precioso sitio, ahora alumbrado por unas pequeñas farolas, ya que el cielo comenzaba a oscurecerse.
-En efecto, es el puente de los enamorados. - Terminé la frase por ella. Sabía que le gustaría. Corrió hacia él, y comenzó a leer los candados, sonriendo por cada uno que terminaba. Se quedo inmóvil delante de uno y lo releyó unas cuantas veces.
-¿Que querrá decir esto? - Lo señaló y lo leyó en voz alta. - La plus forte l'amour est ce qui est né à partir de rien.
Había estudiado francés en el colegio, unos años antes de formar el grupo, y algo entendía. Y sí, entendía perfectamente aquella frase. -El amor más fuerte, es aquel que nace de la nada.
Dejó el candado y miró hacia el río. - Que tontería, yo no creo en el amor.
-¿Ah no? - Su expresión parecía triste. Quizá no había sido buena idea llevarla hasta allí
-No. Pienso que es sufrir por sufrir. El amor, hace que cometas locuras, por lo que ya no eres una persona racional, sino un loco, que ve el mundo desde una perspectiva que se aleja de la realidad. Por eso no creo en el amor. Por que lo veo una forma de refugiarse en el mundo que te ha tocado vivir.
Aquello me dejo sin palabras. ¿Cómo alguien era capaz de pensar eso? - Pues yo creo que el amor, es la forma de demostrar que estas vivo. Y cometer locuras, es simplemente querer a alguien y dar la vida por él, por su felicidad.
Un duelo de miradas se enfrentó en esos momentos. Había sido un poco duro. Pero era mi forma de verlo, ¿Acaso estaba diciendo que yo estaba loco por sentir algo por ella? Espera, ¿Sentía en verdad algo por ella?


Seguimos caminando durante un buen rato. Mudos. Absortos en nuestros pensamientos.
-Nicole. - Dijo simultaneamente.
-¿Perdón?
-Me llamo Nicole. - Una sonrisa volvió a inundar su rostro.
-Nicole... me parece un nombre precioso, tanto como tú. - Aquellas palabras salieron sin querer. Se quedo callada, no dijo nada.
 Pasamos cerca de un rosal, alargué la mano para coger una rosa roja, que estaba abierta ya por completo y se la puse detrás de la oreja.
-Ahora, estas aún más hermosa.
Se sonrojó. ¿Qué me estaba pasando? Me gustaba estar con ella, me sentía bien. Pero aquello no era propio de mi. No cuando apenas acababa de conocerla. Los latidos de mi corazón aumentaban a cada paso.


Poco tardamos en llegar al hotel.
-Bueno, se ha echo un poco tarde. Mis amigas estarán esperándome. - Sus ojos brillaban, y su boca me pedía a gritos que la besara. Pero me contuve. Después de lo vivido, casi era mejor dejarlo para más adelante. Si había un futuro...
-Sí, a mi los chicos también. - En esos momentos me acordé de Louis. Le iba a agradecer toda la vida lo que aquella mañana había hecho por mi. - Me gustaría verte mañana. 
-Bueno, sí a mi también. Pero es el cumpleaños de dos de mis amigas, y... no puedo faltar. Pero si quieres venir, estarán encantadas. - Otra vez el corazón volvió a acelerarse. Aquella chica, me iba a costar una operación del corazón.
-Sí, se lo diré a los chicos. - Me agaché, y la besé en la mejilla. Contente Harry.


(Narra Nicole)
Nunca jamás olvidaría aquel día. Harry Styles era un verdadero cielo. Abrí la puerta de la habitación. Las chicas aun estaban levantadas y miraron expectantes hacia la puerta.
-Qué Nicole, ya era hora. - Lottie, apareció por una esquina. Parecía enfadada. Bueno... aquella noche iba a ser larga. Todas eramos bastante orgullosas, y costaba hacer las paces entre nosotras.
-Bueno, es que me entretuve un poco. ¿Qué tal vosotras? - Lottie entró en el baño. Me acerqué a las demás chicas que estaban sentadas en la cama. - ¿Qué le pasa a esta?
-Es que hoy tuvimos un día bastante ajetreado. - Por la cara de Cathy podía imaginarme la razón. Y no andaba mal encaminada.
- Verás, hemos comido con los chicos de One Direction, pero bueno Lottie, pues digamos que se perdió y nos olvidamos de ella. Por lo que esta indignada. Pero estamos debatiendo si contarle lo de los chicos o no. Por el momento, sólo le hemos dicho que nos entretuvimos en unas tiendas. - Cathy estaba demasiado nerviosa para hablar así que lo hizo Chloe.
-Deberíamos decírselo.- Objetó Emily.Y Tenía razón. 
-Y bueno, tú que, ¿Con quién estuviste? - Chloe levantó las cejas y todas dejaron sus puntos de mira para centrarse en mi.
- Pues estuve con Harry. - Sabía lo que me iban a decir, y cual sería su reacción, así que antes de que me dejaran sorda o algo por el estilo, me levanté de la cama y me aparté un poco.
-¡¿Con Harry Styles?!-Cathy alzó la voz, pero las otras le mandaron callar.- Osea, que eras tú la chica de la que nos habló Louis.
Sonreí. Me acordé de lo que había hecho Louis esta mañana.
-Pues sí. - Eramos muy amigas, pero nunca nos contábamos nada de esas cosas. La vida amorosa de cada una era privada. Y se agradecía, por que tampoco me gustaba contar los detalles.
- ¿Y te ha besado? - Emily no pudo más y lo soltó.
-Emily... - Chleo la miró de reojo.
-No. Lo cierto es que no. Aun que me hubiera gustado.- Miré a mis amigas. Todas se quedaron con la boca abierta. ¿Yo acababa de decir eso? No. A mi Harry me parecía muy mono. Pero no quería nada con ningún chico, y menos con un famoso. No creía en el amor, y por ahora no pensaba cambiar de idea.
 ¿O sí?


(Narra Lottie)
Escuchaba a las chicas cuchichear, y sabía perfectamente que hablaban de mi, y no precisamente de algo bueno. Había sido un completo desastre de día. Pero bueno, al menos me llevaba aquella reliquia de La Mona Lisa.
No se puede decir que andara enfadada, pero si bastante molesta. Y para colmo, los de la habitación de al lado estaban montándose una fiesta que no alegraba mis ideas.
Salí del baño y acercándome a la pared pegué tres golpes. - Eh, los de la habitación de al lado, o os calláis de una vez o llamo a recepción.
-No, Lottie, no grites. Los que están al lado son on... - Chloe le dio un codazo a Cathy en la barriga.
-¿Quienes son los que están al lado? - Todas se quedaron mudas, mirándome como si los que estuvieran ahí al lado fueran One Direction o algo así... Tonterías.


Mis gritos no bastaron, y harta de la situación, salí y me fui directa a la otra habitación. Llamé a la puerta, no muy cordialmente lo que se suele decir. Puse mi peor cara, y saqué lo que llevaba dentro aguantando durante todo el día.
-Bueno ya vale de hacer ruido. Me alegro de que os lo hayáis pasado muy bien durante el día pero yo no, y me apetecería poder dorm... - La puerta termino de abrirse por completo empujada por Zayn. Sí, Zayn Malik. A penas podía creermelo. Acababa de gritarle a Zayn, a mi amor platónico. Ya no querría casarse conmigo, y nuestros hijos ya no tendrían esos preciosos ojos castaños que en estos momentos estaban fusilandome.
-¿Tienes algún problema?- Su respuesta fue bastante irónica. No me gusto aquel tono en el que me habló. Vale, quizá me había pasado, pero yo que me iba a imaginar que los de la habitación de al lado serían los chicos de One Direction. Claro las chicas lo sabían perfectamente, y se callaron. Eso era lo que llevaban ocultándome durante todo el día. Ahora sí que estaba enfadada.
-Bueno, yo... - Ante aquella atenta mirada que seguía cada palabra que salía de mi boca no era capaz ni tan siquiera de razonar.
-¿Y bien?- Este se cruzó de brazos y arqueó las cejas. Jamás me habían hablado así. Y no pensaba dejar que él fuera el primero, fuese quien fuese la figura de aquel chico.
-Pues mira, sí tengo un problema. Y sois vosotros. Intento dormir, y con la fiesta que tenéis montada no puedo siquiera intentarlo. Así que o bajáis el volumen, o llamaré a recepción.
Zayn debió de quedarse flipando. Y no me extrañaba, yo también lo estaba. Ahora si que podía ir olvidándome de una boda con aquel moreno.
-Tú que pasa que no sabes lo que son las vacaciones? Hago lo que quiero, y no porque una niñata como tú me lo pida pienso bajar mi volumen. - Con esto, dio el tema por zanjado. Aquellas palabras me dolieron. Niñata. Yo no era una niñata; aunque tal y como me había comportado con Chleo hoy ...
Alguién se arrimó a la puerta. Era Liam, conocía aquella mirada de la que tanto me había hablado Emily.
-Zayn, eres un borde. A las señoritas no se las ha de tratar así. Perdona, ahora bajamos el volumen. Es que hoy hemos tenido un día muy ajetreado. - Que tiernas palabras. No me extrañaba que Emily estuviera loca por él.
-Vale, tranquilo, no importa.- Zayn continuaba mirándome. No pude soportarlo más y me marché a mi cuarto. Las chicas me miraban, con cara de tristeza. Debían de haber escuchado la conversación con Zayn. Ahora si que no tenía ganas de nada. Me acosté. Esperaba que mañana fuese un día mejor.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Capítulo 6

(Narra Emily)
No podía creerme que Liam Payne estuviera limpiándome una herida. Había humedecido el pañuelo con su saliva, así que no pensaba lavarme nunca más esa mejilla. Al final iba a ser verdad que la vida me había dado una oportunidad para conerle.
Comenzó a sonar la canción de One Thing en mi móvil. Sentí que me moría de la vergüenza por segundos. En quince minutos que llevaba con él había hecho más el ridículo que en toda mi vida. De todas formas, no quería que nadie interrumpiera aquel momento, así que hice como que no lo escuchaba.
-¿No piensas coger?-Dejó un momento el pañuelo a un lado y se sentó enfrente mía, hasta ahora había estado en cunclillas.
-¿Sí?-Respondí con el tono más borde que pude. Quien quisiera que fuese la persona que me acababa de llamar, lo iba a pagar muy caro. - Ah Cathy. ¿Que dónde estoy? Bueno, pues... ¿Dónde estamos?-Me dirigí hacia Liam, después del golpe lo único que recordaba era su cara a pocos centímetros de la mía. Espera, eso lo recordaba muy bien. Casi podía sentir su respiración, hasta juraría que... De supeto, éste me agarro el móvil, y comenzó a hablar con ella. De vez en cuando miraba hacia mi, y sonreía. ¿Pretendía ponerme celosa? Porque lo estaba consiguiendo. Colgó el teléfono y me lo tendió.
-Ahora vienen a recogerte. Muy maja tu amiga.-Me guiñó un ojo-Yo también debería llamar a los chicos. - Sacó su móvil y pocos segundos después uno de ellos le cogió. Liam le indicó en que lugar nos encontrábamos, argumentando con las mismas explicaciones que le había dado a Cathy. Ahora sólo nos quedaba esperar a que cualquiera de los dos grupos llegara. Adios a mi momento a solas con Liam.

(Narra Cathy)
Que raro, la voz de aquel chico me sonaba, me sonaba mucho. ¿Con quién estaría Emily? Bueno, poco faltaba para descubrirlo. Llamé a las chicas que se encontraban desperdigadas por la tienda de regalos.
- Em esta en la escalera de incendios, a la que se accede por la puerta que esta en el cuarto en el que la perdimos. - Por fin había conseguido juntarlas. Aquello más que un museo parecían las rebajas. ¿Qué querrían comprar en aquella tienda que no fuesen réplicas en miniatura de los cuadros allí expuestos?
- ¡Ay!, un momento. Es que quería comprar el cuadro de la Mona Lisa en pequeñito. ¿A que se parece a moi?- Lottie cogió la imagen y se la acercó a su cara, colocándose en la misma postura.
-Lottie, ¿Has visto la cola que hay? - Chloe, como no, siempre razonando, la apartó de la fila con la mano.-Hemos perdido a Emily, ¿Quieres dejar la figurita?
-Bueno, que yo sepa, Emily sabe cuidarse solita, asi que no pasa nada por que tardemos unos minutos. -En efecto, Lottie era bastante caprichosa, y ahora amenzaba con un tono algo borde. - Y si tan preocupadas estáis por ella, pues id a buscarla y cuando termine yo os alcanzo.

Chloe no se lo pensó dos veces, dio media vuelta y se fue. La seguí detenidamente con la mirada, y después intenté dirigirme hacia Lottie, pero esta ya no estaba por la labor de seguir ninguna conversación, así que eché a correr detrás de Chloe.

Llegamos a la puerta donde, supuestamente se encontraba Emily, y efectivamente así era. Pero no estaba sola. Sentado a su lado se encontraba un chico con el pelo algo rizado y por lo que pude divisar una camisa a cuadros atada hasta el cuello. Y delante de ella estaban otros tres chicos de pie. Uno de ellos con una camiseta a rayas y los otros dos con un polo de Ralph Lauren. Uno de ellos, rubio se quedó mirando hacia nosotros. Especialmente hacia mi. Conocía perfectamente cada imperfección de su piel, aunque bien sabía que eran pocas.
Chloe comenzó a andar, segura de si misma; yo por mi parte, anonadada, continué inspeccionando a aquel chico rubio. Mi rubio.

-Em, ¿Cómo estas? - Chloe se avalanzó hacia ella y ésta la recibió con una gran sonrisa. - Bueno, veo que por lo menos estas bien acompañada.
Me acerqué hasta ellas. Su naturalidad me asombraba. A ver, aquellos chicos de allí eran One Direction, no se si lo sabían. Y el que no dejaba de quitarme el ojo Niall Horan. Dios, es que aun me sonaba a cuento chino, Niall Horan.
-Bueno chicas, creo que ya los conocéis. - Emily hizó ademán de presentarnos con una sonrisa que iba de oreja a oreja.-Estas son Cathy y Chloe, ... ¿Y Lottie?
Comencé a reírme escandalosamente, aquello de las presentaciones no era lo mio. Me preguntaba si se acercarían a darme dos besos, aun que era algo que dudaba, si tuvieran que darle dos besos a todas las fans que conocen... Niall, en cambio se acercó y me tendió la mano. No eran dos besos, pero ¿Qué más daba? ¡Estaba tocando la mano de Niall! Cuanto tiempo llevaba soñando con ello.
-Esta en la tienda de regalos. Tardará un rato, la cola que se estaba formando era enorme.-Chloe puso los ojos en blanco, en señal de desesperación. Después miró de reojo a Louis, que tampoco había dejado de observarla desde que llegamos. ¿Aquellos dos ya se conocían?

-Bueno chicos, me muero de hambre.-Niall, rompió el hielo, pues todos nos quedamos callados unos instantes sin saber que decir.-Que pena que aquí no exista ningún Nandos, ¿no?
Todos echaron a reir, y este se puso colorado. Que bonito era el contraste de sus mejillas enrojecidas con su color dorado de pelo.
-¿Os apetece comer con los chicos de One Direction? - Liam miró a Emily, a lo que le respondió con una mueca divertida. Los dos echaron a reir. Estos tenían algo también.
Aquí yo me había perdido varios capítulos, y esta noche, las chicas tenían algo que explicarme. Pero por el momento iba a comer con Niall James Horan, ¿Qué más podía pedir?

(Narra Niall)
Aquellas chicas parecían bastante majas, y la verdad era que no se asemejaban a ninguna de nuestras fans, y menos a las que nos acababan de perseguir. Tuve que pedirle a un señor que me prestara su sombrero y su gabardina para poder pasar desapercibido. Ni en vacaciones se podía descansar.

Una de ellas, la más morena, iba hablando con Liam, y parecían tener una conversación muy entretenida, pues no dejaban de reír. Conocía a Liam muy bien. Cuando una chica le gustaba, comenzaba con las bromitas y los tonteos por la vergüenza, y cuando se daba cuenta de lo que sentía, se convertía en la persona más romántica que pudiera conocer. Era algo que le diferenciaba de los demás.
Por otra parte Louis y Zain conversaban animadamente con Chloe y Cathy, que parecía ser bastante extrovertida. Sin embargo, cuando me acercaba a hablarle, ésta miraba hacia abajo sonrojándose.
-Bueno, ¿Dónde queréis comer entonces?-El hambre me estaba matando. Hacía pocas horas que había desayunado, pero tantas emociones en tan poco tiempo habían abierto un agujero en mi estómago.
-¿Qué os parece en la Crepería San Marciel?-Objetó Emily.
A todos les pareció buena idea, así que decidimos comer allí. El sitio, no era muy moderno, es más parecía bastante austero, pero el olor que salía de la cocina cambiaba todo el lugar. No estaba muy lleno, así que nos atendieron rápido .
Chloe se sentó al lado de Cathy y de Louis, y enfrente de ella Zayn con Liam y Emily. Al lado de Cathy quedaba un sitio, así que ocupé aquel asiento. La chica comenzó a colorearse cuando me acerqué para pedirle una de las cartas. Lo cierto era, que aquel rubor me parecía muy atractivo. Era muy guapa. Y bastante tímida, aun que parecía divertida. Varios puntos a su favor.
Abrí la carta. Había numerosos platos, tantos que no sabía por cual decidirme.
-Yo elegiría el número 27, tiene muy buena pinta. - Cathy había roto el hielo y me sonreía dulcemente. En cuanto la miré, bajo la mirada y siguió diciendo-Bueno, yo es el que voy a escoger.
-Pues entonces que sean dos. - Le contesté con otra sonrisa a lo que respondió cargando más sus mejillas con aquel tono rojizo que la hacía tan especial. Me sentía cómodo con ella.
La comida transcurrió tranquila. El móbil de una de ellas comenzó a sonar. La canción It´s everything about you. Era gracioso, pues aun no me había acostumbrado a aquello de ser famoso.
-¡Ay Lottie!-Chloe abrió mucho los ojos. - Lo siento, se nos olvidó esperarte. Sí si, tranquila, ahora vamos hacia el hotel. Pero nosotras te queremos mucho eh, así que no te enfades. - A sus disculpas añadió un tono de picardía. Louis sonrió. Quizá, aquella mañana... lo de Eleanor... No, eso no. Sería una tontería.
-Oye, ¿Y Harry?- Cathy se atrevió a preguntarnos. Parecía que la chica se iba soltando. Aquello me gustaba.
- Quedó con alguien. - Apresuró a contestar Louis.
-¿Una chica quizás? - Cathy, insistió mucho con el tema. A lo mejor, quién le interesaba era Harry. Claro, era él el que se llevaba todas las chicas, que tontería. A de más, a mi no me gustaba. ¿No?

(Narra Louis)
Había disfrutado con aquella comida. Las chicas eran muy simpáticas. En especial la castaña de ojos claros. Chloe. Me gustaba su nombre. Y me gustaba ella.
Aquello de que estuvieran alojadas en el mismo hotel que nosotras, era una casualidad. Pero era algo que me gustaba. Pues podríamos quedar con ellas más veces a lo largo de nuestra estancia en París.
-Bueno chicas, no sé si ibais  a hacer algo mañana... - Niall miró a Cathy con disimulo. - A lo mejor podíamos quedar para ver París.
-Sí, me parece buena idea, y asi os presentamos a nuestras otras dos amigas. Y bueno, al fin conoceremos a Harry ¿no?- Chloe era encantadora. A todo lo que decía añadía un toque de delicadeza y gracia que hacía que me entraran ganas de abrazarla cada vez que abría la boca.
-Sí, espero que sí.-Respondió Zayn, apenas me dejó tiempo, ya que me había quedado embobado mirando a aquella chica tan maravillosa. ¿Qué narices me pasaba? Estaba con Eleanor. Quería a Eleanor. Sin embargo aquella dulce cara hacía que me vibrase todo el cuerpo y me replanteará todo lo existente a mi alrededor.
-Bueno, pues entonces hasta mañana. - Emily ya se estaba dando la vuelta, para dirigirse a su cuarto, cuando Liam le plantó un beso en la cara. Los dos se quedaron quietos, mirándose. Como si llevaran esperando años para poder hacerlo. El resto también les mirábamos. Y ellos bajo nuestra atenta mirada decidieron dejar aquel duelo de pensamientos para otro momento.

Yo también me acerqué a Chleo, esta se coloreó. Darle un beso sólo haría que las cosas cambiaran más la perspectiva de todo, y sólo llevaba un día en París. Así que le aparte uno de los pelos que tenía sobre la cara y le sonreí. Se quedo decepcionada. En el fondo yo también, pero de momento, era lo mejor.

Al entrar en el cuarto, cada uno se dirigió a una esquina. Bueno no, Zayn encendió la televisión. Los otros, en cambio nos quedamos mirando la vacío. Presentía que aquello iba a cambiar nuestras vidas.

lunes, 13 de febrero de 2012

Capítulo 5

(Narra Emily)

Estaba feliz. La razón la sabía perfectamente. Liam Payne. Tres segundos habían coincidido nuestras miradas, tres segundos mágicos. Tres. Con eso era feliz. Con un número tan pequeño. Me gustaba mucho, pero tenía una novia maravillosa. Y eso siempre me había echado hacia atrás. Pero tal vez, el destino me había dado una oportunidad para poder enseñarle la persona que soy, conocerle, y quien sabe, quizá hasta pudiera enamorarse de mi.

Me miré en el espejo. Sí. Estaba en París, y todo en esos momentos me era indiferente. Estaba harta de juzgar mi aspecto, de no sacar lo que llevo dentro, siempre intimidada por el que dirán. Así que pensaba disfrutarlo al máximo. Iba a ser yo misma.

- Em, ¿Qué haces? - Chloe acababa de entrar en la habitación, y miraba con cara rara aquella situación. La admiraba mucho. Era fuerte y valiente, y no le importaba lo que los demás pudieran pensar de ella, muy distinto a lo que era yo.
- Nada, pensaba en el cole, en la gente. - Hice una pausa, pues las lágrimas comenzaban a asomar ya entre las pestañas. - Pero ya sabes como soy, no me hagas caso.
- Pero si estas llorando. Ven aquí anda. - Nos sentamos en la cama, y nos quedamos abrazadas un rato. Sabía perfectamente lo que me iba a decir.- Emy, estamos en París. El colegio ha terminado. Y este es el comienzo de una nueva etapa. La mejor de nuestras vidas. Recuerda, mañana cumplimos dieciocho. Y lo vamos a pasar juntas. Lo que haya sucedido hasta ahora sólo te ha preparado para la vida, y sabes que a palabras necias, oídos sordos. - Se levantó y me agarro la mano, haciendo que me colocara a su lado. - Mirate. Eres guapa. Tienes unos ojos precio...
-Son marrones - A decir verdad, los ojos era lo que más me gustaba de mi físico. Pero simplemente eran marrones. Sencillos. Envidiaba a las que tenían ojos claros, aunque sabía perfectamente, que no combinaban nada con mi estilo.
- Sí, es cierto, son marrones. Pero también hay ojos verdes que no dicen nada. En cambio, los tuyo muestran lo que eres. Son grandes y poderosos, con mucho carácter. Y tu sonrisa, los neutraliza, aun que sé que tampoco te gusta. Tienes un tipazo, y eres encantadora. ¿Qué es lo que te da miedo entonces? ¿De que te sientes tan acomplejada?

Me miré una vez más en él. Intentaba ver todo lo que decía ella. Pero veía una persona normal. Una chica como cualquier otra.
-Venga no seas tonta, a de más piensa en que tienes a Liam ahí al lado - Entre susurros señaló con la cabeza la pared que daba a la habitación de One Direction.

Salimos de la habitación ya más relajada aunque, no lo suficiente como para sonreír. Cathy y Lottie esperaban juntas en el hall, tan inseparables como siempre. Pero Nicole no se encontraba enre ellas.


(Narra Nicole)

Justo antes de salir del comedor, encontré debajo de mi plato una servilleta con un mensaje.

Cuando termines de desayunar, pásate por mi habitación un momento. 
Me gustaría hablar contigo. Tienes una bonita sonrisa.
 Fdo: Harry
 PD: La habitación es la 805

Harry. 805. No había ninguna duda. Era él. Pero, ¿Cuándo la había visto? Seguramente cuando Chloe se encontró con Louis. Que extraño era aquello. Pero la verdad es que estaba emocionada. Iba a estar con Harry. Uno de los chicos de One direction. Pero apenas sabía nada sobre ellos. Lo que me habían contado las chicas, pero no era algo que me intresara sumamente.

Mientras subía en el ascensor, el corazón multiplicaba sus latidos a medida que los pisos disminuían. Las puertas se abrieron y comencé a caminar hacia la habitación. Conocía perfectamente el camino, pues ya lo había recorrido esa mañana antes de bajar a desayunar, pero las piernas se tambaleaban a causa de los nervios. Frené en seco. Allí estaba, número 805. "Vamos Nicole, no pienses más en ello y llama", me dije para mi.

La puerta se abrió, y unos rizos asomaron a mis ojos. Eran tan perfectos como imaginaba. Sus ojos claros se clavaron en los mios. Estaba ¿Sorpendido? No lograba entenderlo, él era quién me había dicho que fuera a su encuentro.
- Tú... Digo, Hola, esto... Soy Harry, bueno a lo mejor ya me conoces, pero estamos en París, así que puede que no, y esto... - Estaba muy nervioso, y se atragantaba con las palabras. Aquello me hizo sonreír.- Bueno, mejor me callo y te dejo hablar a ti.
Parecía simpático, al menos su preciosa sonrisa lo asemejaba. 
- Bueno, yo es que, me dejaron esta nota en la mesa mientras desayunaba, y bueno, esta firmado como Harry, y supongo que serás tú. Harry Styles, claro, no hay otro Harry. - Fatal. Sí su presentación me había parecido pésima, la mía había suspendido. Pero pareció que él no pensaba lo mismo, y me devolvió la sonrisa.

Cogió el papel, y lo examino con detenimiento. Mas tarde levanto la vista y frunció el ceño.
- Lou - Su amigo apareció de repente y me miró de arriba abajo. Pareció reconocerme y pronto me saludó.
-Ah hola, es cierto Harry, la chica es muy guapa. - Harry se ruborizó, pero no sé si llegaba a mi nivel.
- Lo siento, es que mi amigo es muy gracioso. - Se disculpó echando de allí a Louis. Sí bastante gracioso, pero gracias a él, estaba allí.
- Ah bueno, lo siento, pues entonces, yo no quería molestar, asi que bueno, me voy. - Su sonrisa se borró por completo y apareció una nueva de decepción.
- ¡No!, Quiero decir, espera. Bueno, a lo mejor te apetece dar una vuelta por París, aunque bueno, no lo conozco mucho - Dijo cerrando la puerta tras de sí. Y estalló en una carcajada.
- Pero es que yo no quiero ser un problema. - No, no quería estorbar, pero me moría de ganas por aquella vuelta que acababa de nombrar.
-No en serio. Ibamos a ir al Louvre, pero a mi el arte no me interesa mucho, así que no hay problema.
-Nosotras también ibamos a ir al Louvre, pero bueno, a mi tampoco me entusiasma la pintura. - Comparado con estar con Harry, la pintura podía hundirse en un pozo. Pero debía avisar a las chicas. Saqué el mobil, y una llamada entrante apareció en la pantalla.
- Lottie, no me esperéis, al final me han surgido otros planes, y no voy a poder ir con vosotras. - La idea de pasar un día con Harry no cabía dentro de mi cabeza, y se noto claramente, cuando dejé entre ver una sonrisa mientras hablaba con Lottie.-Ya sé, que te hacía ilusión que fuésemos juntas, pero te juro que te recompensaré.
Unas palabras más y ya la había convencido. Era Lottie, cambiaba de opinión demasiado deprisa, a de más escuche a las otras por detrás insistiéndole para que me dejará tranquila.

Harry me miró y esbozó su mejor sonrisa. - ¿Algún problema?
- No, ya esta todo arreglado. - Aun estaba nerviosa, y muy cortada pues sabía lo que venía ahora, una eterna bajada en el ascensor. Momento incómodo, allá vamos.

(Narra Lottie)


-Pues nada chicas, nos quedamos solitas. - Suspiré con desanimo. El viaje lo habiamos organizado para estar juntas, y sin embargo, ¿Qué tenía Nicole, más importante que estar con sus amigas? Por la mañana había estado un poco rara, pero aquello ya empezaba a oler mal.
-Bueno Lottie, ¿Es que nosotras no te llegamos? - Sonrió Chloe.
-Sí, claro que sí, pero también me hubiera gustado que viniese Nico, a de más, en las fotos que ponga en el álbum ella no saldrá...
-Ay las fotos, las fotos... ¡Tú y las fotos eh! - Cathy meneó la cabeza de un lado a otro - Anda, vamonos ya, que París nos espera.


Salimos a la calle esperando una temperatura agradable, pero el calor era sofocante, aun a pesar de encontrarnos en el mes de junio. El cielo limpio serenaba aquella hermosa ciudad, y el sol alumbraba todos sus paseos.


- Chicas, ¿Por qué no cogemos un taxi?- A Chloe no le gustaba andar, bueno, ni a ella ni a ninguna, a excepción de Emily, que ya estaba acostumbrada, pues vivía lejos del colegio y debía hacer grandes caminatas hasta él.
-Ay chicas, no seais bagas, por una vez que estamos en una ciudad distinta, ¿no os apetece ver el ambiente parisino? Con los pintores en mitad de la calle, dibujando a las familias que pasean a su alrededor, o las parejas debajo de la Torre Eiffel haciéndose fotos...
-Em, deja de soñar. A de más, eso tamién se puede ver desde un coche a la perfección. - Espetó Chloe. Emily sonrió irónicamente y cogió un mapa para observarlo.
-Chicas, estoy de acuerdo con Em, deberiamos ir andando y estirar un poco las piernas. - ¿Cathy de acuerdo con Emily? No me lo podía creer. Y por lo que mis ojos observaban, Emily tampoco. No era que se llevaran mal, simplemente no compartían opiniones casi nunca, aunque era más bien nunca.
-¿Cathy?¿Andar?¿Tú?- Chloe la miró de arriba abajo y le puso la mano en la frente, pareciendo así tomarle la temperatura. Todas comenzamos a reir, excepto ella, que nos miraba con cara de pocos amigos.


Al final, Chloe  y yo cedimos, y acabamos andando.
Tardamos un poco en llegar. Emily y Cathy discutieron la mitad del camino, y nos perdimos un par de veces. Menos mal que Chloe estaba conmigo, sino la desesperación se hubiera apoderado de mi.


Pocos minutos después, ya dentro, sentimos un ruido, como si una manada de mamuts se acercara hacia nosotras. Y no andábamos por mal camino, un grupo de chicas se abalanzó sobre nosotras. El tiempo paso rápido, pues cuando me quise dar cuenta estaba en el suelo con mis otras amigas. Espera, todas no, faltaba Emily. 




(Narra Liam)
Tener fans era divertido, pero en contadas ocasiones podía ser un poco cansino. Y más, si no estaba Harry, que no sabía como demonios lo hacía pero conseguía calmar a todas las leonas.
Hacía tiempo que había perdido a los chicos de vista, cuando un grupo de fans locas comenzó a perseguirnos, nos dividimos para poder sacarnoslas mejor de encima, pero cada vez que me giraba las chicas se multiplicaban por tres.


Sin querer, choqué con unas chicas que se encontraban en mi camino, y sin darme cuenta me llevé a una por delante. Se había quedado inmovil tirada en el suelo. Me daba pena dejarla allí tendida y en un momento de despiste de las fans, la cogí en brazos y salí por la escalera de incendios.


Su cara me sonaba. Recordaba haberla visto antes, pero claro, siendo famosos, cualquiera te dice que recuerdes a alguien. Estaba inmóbil y era preciosa. No sabía porqué, pero una fuerza me atraía hacia ella. Nuestras caras estaban cada vez más pegadas. La miré con detenimiento. En ese momento abrió los ojos, aunque muy lentamente. ¿Liam, qué haces? Me alejé un poco, antes de que pudiera enfocar bien a quién tenía delante, pero la reacción fue contraria a la que esperaba.


- ¿Dónde estoy?- Se recostó como pudo, y me clavó su mirada. - Debo de haberme dado un gran golpe, estoy viendo a Liam Payne delante de mi.
- ¿Te duele mucho?Lo siento, un grupo de fans desesperadas comenzó a perseguirme y bueno cuando me di cuenta, te vi tirada en el suelo.-Su expresión atónita comenzaba a ponerme nervioso. - Lo siento, de verdad, no pretendía hacerte daño.
- No tranquilo. La verdad, es que me alegro de que te chocaras conmigo, sino ahor... - Se tapo rápidamente la boca con las manos. No pude evitarlo, y estallé en una carcajada.
- ¿De qué te ries?- Su expresión cambió por completo. No quería que me malinterpretara, simplemente me pareció tierno aquello que me iba a decir.
-Nada, lo siento, es que me hizo gracia la cara que pusiste cuando me viste. - Desvíe un poco el tema, sabía que aquellas conversaciones, no acababan bien.
-Bueno creo que mi cara es bastante normal después de haber visto a mi ídol... - Se volvió a tapar la boca con la mano, pero esta vez rozó una herida de la que salía un poco de sangre al lado de el labio inferior. Soltó un alarido. Me sentía mal, yo era el culpable. Así que cogí un pañuelo de mi bolsillo, lo mojé con una poca de saliva y se lo llevé a la herida, para limpiar la sangre que había esparcido por alrededor.
-De verás que lo siento.- Fueron las únicas palabras que me salieron. Después de esto, un incomodo silencio se apoderó de la situación. Levantó la vista un instante, para encontrarse con mi mirada, y en cuanto lo hizo volvió a bajarla rapidamente, poniendose roja. Yo también comencé a colorearme. Aquella chica, tenía algo. Hacía mucho tiempo que no me sentía así. Una sensación parecida a la que tube cuando conocí a Danielle.

sábado, 4 de febrero de 2012

Capítulo 4

(Narra Louis)
La mirada de aquella chica me había desconcertado. Era muy mona, y el rubor de sus mejillas realzaba más su belleza.
- Louis, te esta sonando el móvil. - Zayn me zarandeó un par de veces.- ¿Se puede saber que os pasa hoy a todos?
Lo saqué rápidamente de mi bolsillo, y sin siquiera mirar que nombre aparecía en la pantalla respondí - ¿Si? ¡Ah! Hola Eleanor, ¿Qué tal todo por allí? Claro que me acuerdo de ti. - Lo cierto era, que no había pensado ni una sola vez en ella desde que el avíón aterrizó en aquella ciudad.
En esos momentos, la cara de aquella chica me vino de nuevo a la mente. Sentía curiosidad por saber algo más de ella. Y, ya que estábamos en el mismo hotel, pues algo se podría hacer.
- Eleanor, cariño, ahora no puedo hablar, te llamo más tarde, ¿Te parece? - Me sentía mal diciéndole esto, pero más mal me sentía estar hablando con ella y estar pensando en la otra chica. - Te quiero mucho.

Levanté la cabeza, y me encontré con la mirada de todos los chicos y sus caras interrogantes. Incluso Harry. Él sabía perfectamente lo que había luchado por esta relación. Precisamente por eso, y antes de que comenzaran a preguntar, desvió el tema.
- Bueno chicos, entonces ¿ Al Louvre? - Al entrar en el ascensor, el tema de Eleanor ya se había quedado atrás.


(Narra Nicole)
Estar en París era alucinante, y más con ellas. Llevábamos siendo mejores amigas mucho tiempo. Mucho no nos pareciamos, Chloe era la lista, Emily la madura, Cathy la comilona, Lottie la bipolar y yo... bueno, yo era la ligona, siendo sinceros. Por ese motivo, el echo de ser tan distintas nos unía tanto a la vez. Cada una aportaba algo que otra no tenía y juntas formábamos una.

Tenía un hambre tremenda, y no tenía yo muy claro si aquel desayuno iba a solucionármelo, pues apenas, había nada que puediera comer. Era alergica a la leche, y la mayoría de las cosas que estaban allí servidas contenían algo de este alimento. Así que opté por un zumo de naranja natural y un par de tostadas con mermelada.

- Nicole, ¿quieres que pregunte si algo lleva leche? - Emily y Chloe siempre se preocupaban por mi alimentación. Eran un cielo.
Las miré sonriente - No tranquilas, ya sabéis que el pan es mi comida favorita - Pero la verdad era que si me hubiera apetecido probar algunos de los exquisitos manjares que tan ricos olores producían.

Juntas y parloteando de lo acontecido con Chloe, nos dirigimos a la mesa, donde nos esperaban las otras dos comiendo a tres carrillos.

- Chicas, necesito ir al baño, ¿Alguna se ofrece voluntaria para acompañarme?- Chloe levantó la mano, y juntas fueron hacia los baños.

Las que quedamos allí, nos miramos y seguimos desayunando.
- Bueno chicas, ¿A dónde queréis ir? - Preguntó Lottie, sonriente como siempre.
- Pues a Cathy le apetecía ir al Louvre, y yo no tengo inconveniente en dejar la visita a la Torre Eiffel para otro momento. - Emily siempre miraba por los demás.
- Jo chicas, con la ilusión que me hacía sacarme una foto en lo alto de ella... - Lottie protestaba por todo, pero tenía muy buen corazón y al final siempre acababa cediendo. - Bueno, vale, pero mañana "sinfa" eh.
Las dos echamos a reír, estar con ella era como estar con dos personas distintas a la vez, pero nos divertía mucho.


(Narra Cathy)
De mientras, en los baños.
- Oye, ¿Por qué esas miradas hoy en el ascensor? - Chloe me miró fijamente. Conocía bien aquella mirada, y sabía perfectamente que no iba a soltar palabra, en cuanto a eso era muy leal.
- ¿Miradas? ¿Qué miradas? - Hizó ademán de no entender nada, pero se notaba perfectamente que algo escondía.
- Bueno, sea lo que sea, acabarás contándomelo. - Cambié de tema, aquella situación era bastante incomoda para las dos. - Te veo más delgada.
- ¿Tú crees? - Y debatiendo nuestros puntos de vista, salimos de allí.

Capítulo 3

(Narra Harry)
Necesitaba un viaje de descanso y venir a París había sido la mejor opción. Las fans eran maravillosas, y me encantaba cantar, pero los días comenzaban a ser ya bastante rutinarios. Menos mal que tenía a los chicos a mi lado que siempre conseguían hacerme sonreír. Y sí, con ello hacía referencia a la relación con Caroline. Entre nosotros existía claramente un poder de seducción mucho mayor del que nadie podía imaginar. Pero ella tenía quince años más que yo y por lo tanto unos ideales de vida, muy distintos a los de un chico de diecisiete años.


- Harry, te noto callado - Zayn llegó a la mesa con un plato de huevos fritos con bacon. - ¿Quieres que te traiga algo?
- No, ya voy yo a cogerlo, tranquilo. 


En mi camino hacia la mesa donde estaba expuesta la comida, me cruce con Niall y Liam.
- Tio, ¿Cómo te puede entrar todo eso por la mañana? Te va a sentar mal.- Liam, era como un padre para nosotros, y siempre nos regañaba y nos aconsejaba.
- Es que tengo hambre, a penas cené ayer - Mentira, Niall ayer por la noche, se había zampado dos hamburguesas con su ración de patatas fritas como acompañamiento. Era un caso. - Ey Harry, tienes que probar los croissants, están deliciosos.
Liam puso los ojos en blanco y con la mano libre empujó suavemente el hombro de Niall en dirección a la mesa.


Lo cierto era que no tenía mucha hambre, pero algo tenía que comer. Cogí un plato y me serví un croissant, con unos huevos revueltos y un zumo de naranja. Giré mi atención hacia la puerta, pues una chica, acababa de enterar y gritaba exaltada por la comida que sus ojos divisaban.


Al llegar a la mesa, los chicos debatían el planing que teníamos montado para hoy. 
- A mi me gustaría ir a visitar el museo del Louvre - Dijo Niall, con toda la boca llena de cereales.
- Niall por favor, compórtate, ¿Quieres? - Liam le miró divertido. Niall cogió la cuchara de nuevo y se metió unos cuantos cereales más en la boca. - Pegdona, Liam - Intentó imitar el acento francés y con una sonrisa que dejaba entre ver toda la comida. Todos echamos a reir.


Volví a fijarme en la chica que había visto en el bufé. Parecía ser que no estaba sola. Otras cuatro le acompañaban. Pero mis ojos solo seguían los pasos de una de ellas. Era bastante guapa. Morena, alta, y con esbeltas piernas.
- Qué, ¿Te gusta? - Louis se había dado cuenta de a quién dirigía mi mirada. - Te has quedado embobado. ¿Quieres que le vaya a decir algo?
- ¿Quién, aquella? ¡Que va! A de más, creo que se mejor que tú como ligar con una chica. - Desafié a Louis, algo muy común entre nosotros.
- Sí, pero recuerda que soy yo el que tiene novia. - Había dado donde más dolía. No era que estuviera desesperado, pero añoraba la sensación de sentirse enamorado.
- Pero yo puedo tenerla cuando quiera - Sonreí, la debilidad era algo que no iba conmigo.


(Narra Louis)
Aquella chica le gustaba. Había pasado demasiado tiempo con él, como para no distinguir la cara de tonto que se le ponía cuando alguien le atraía.
Era mi mejor amigo, y no pensaba quedarme de brazos cruzados. Ultimamente estaba muy desanimado. Y sabía perfectamente la razón. Caroline. A ninguno nos caía muy bien. Ella insultaba a nuestras fans diciendo que eran completas inmaduras y sin personalidad, y eso no nos gustaba. Pero Harry, la miraba con otros ojos, casi como si ni la conociera.


Cuando terminamos de desayunar, o mejor dicho, terminó Niall su desayuno, cogí una servilleta y le robé un boli a Liam. Era tan ordenado, que siempre llevaba consigo uno. 
Nos levantamos, y antes de salir, me acerqué a la mesa de la chica morena a la que Harry había estado mirando, y dejé la servilleta encima de su silla, aprovechando que se habían levantado para servirse.
- ¡Ey, Louis! ¿Qué haces? - Niall me miraba expectante desde la puerta.
Al girarme para responderle, una de las chicas se me quedó mirando con los ojos muy abiertos. Era castaña clara, con ojos verdes y saltones. Adoraba a las chicas de ojos verdes no podía resistirme a ellos, pero en este caso lo hice. Pasé a su lado y le sonreí. ¿Sería fan de One Direction?


(Narra Chloe)
Era cierto, One Direction, se alojaba en el mismo hotel que nosotras. No me lo podía creer. Por fin, los conocería en persona. A pesar de vivir cerca de Londres, aun no había tenido la oportunidad de conocerlos, y la verdad es que era mi gran sueño.Y Louis... Louis me había sonreido, a mi, a Chloe. Decididamente aquello era un sueño.


- ¡Em, Em Em! - Me acerqué por detrás, vigilando que las demás no estaban. - Tenías razón. He visto a Louis Tomlinson. ¡Louis Tomlinson!
Sonrió - Ya te lo dije. Pero, ¿Lo han visto las demás? - Señaló hacia Cathy y Lottie, que llevaban dos platos llenos de comida cada uno en una mano.
-No, sólo estaba yo. - Sí, sabía perfectamente que su preciosa sonrisa iba dirigida a mi. A lo mejor ahora él, también estaba pensando en mi.





Capítulo 2

(Narra Emily)


Un calor sofocante me despertó. Lo único que recordaba era la tranquila conversación que había mantenido con Nicole, antes de dormirse. Me giré y miré el reloj. Las 3:00 am. Me recosté en la cama y para mi sorpresa, las demás dormían a pierna suelta. Claro, con lo tarde que era no me estañaba. Lo cierto es que no había cenado nada, y tenía bastante hambre.


Me levanté en busca de algo que poder llevarme a la boca. Pero las chicas no habían dejado nada que poder comer. Eran unas glotonas.
Resoplé sin apenas darme cuenta, y una voz detrás de mi me desconcertó. Era Nicole. Solía hablar todas las noches en sueño, pero ya estaba acostumbrada. Una vez, hasta me había tirado un cojín a la cara mientras dormía.


- Harry, no me digas eso. ¡Eh, quieta, que este es mio!-Soltó Nicol, a grito pelado. Lo raro era que las demás no se despertaran. Solían hacerlo, y entonces le gastábamos bromas cantándole canciones. Estaba orgullosa de las amigas que tenía. Sobre todo cuando dormían, por que con Lottie y Cathy, que eran las más rebeldes y descontroladas, siempre nos metíamos en algún lio.


La noche ya me había desvelado, asi que decidí salir de la habitación y despejarme un poco. El viaje fue muy cansino, y apenas había probado bocado, asi que con suerte, a lo mejor encontraba una maquina de comida.


Iba a llamar al ascensor, cuando las puertas se abrieron de par en par. Una figura reconocida, levantó la vista y sonriéndome me dijo - Bonita noche para salir a dar una vuelta - Y sin pararse siguió su camino.


No me lo podía creer, ¿Liam Payne, en mi hotel? Definitivamente el sueño me había perturbado. Le seguí fijamente con la mirada, y para mi sorpresa, su habitación era la 805. La mía la 807. Vecinos. Una risa nerviosa me entró cuando se cerraron las puertas del ascensor. One Direction, me fascinaba, y Liam la verdad es que me enloquecía. No estaba tan obsesionada como Cathy con Niall, pero sí, me gustaban. Un momento, ¡Las chicas! Cuando se lo contara no se lo creerían. Ya me imaginaba la situación. Lottie y Cathy seguro que irían a pedirle un par de autógrafos nada más enterarse, y más tarde discutirían con Nicole. A Nicole, la boy band, no le llamaba mucho la atención; pero si lo hacía Harry.




(Narra Nicole)


El ruido ensordecedor del teléfono de Lottie me despertó. Miré el reloj. Ya eran más de las diez. Nos habíamos quedado dormidas.
Me levanté pero me di cuenta de que Emilye ya no estaba a mi lado, como la pasada noche. Y Chloe tampoco se encontraba en su cama. 


Al entrar en el baño, me las encontré una sentada en una banquetita y a la otra terminándose de maquillar. Ambas me miraron con una expresión de sorpresa y se callaron al unisono.


- ¿Chicas por qué no nos habéis despertado antes? - Dije entre bostezo y bostezo. - ¿Y se puede saber de qué habláis? Yo también quiero enterarme.-Y con una sonrisa me senté al lado de Emily.
- No queríamos molestaros. - Dijo Chloe, examinando como había quedado su rostro. 
- Bueno, bien, ¿Y de qué hablabais?
- Pues, verás, ayer, bueno hoy, a las tres de la mañana salí a dar una vuelta y - Hizo una pausa para coger aire, algo muy gordo tenía que soltar- me crucé con Liam. - Una sonrisa de oreja a oreja se le dibujó en la cara.
- ¿Qué Liam?- No recordaba conocer a ningún Liam, y menos en París.
- ¿Cómo que qué Liam?, ¿Tú eres tonta? Liam Payne - A Chloe se le iluminó la mirada - Y eso quiere decir que también estará Louise. -Chloe estaba enamorada de Louis desde el primer día en que lo vio en el vídeo de What Makes You Beautiful. 
- Shhhh, no grites o despertarás a las otras. Y recuerda que es mejor que no se enteren. - Emily nos guiño un ojo a las dos. 
Las dos echamos a reir, Emily no sabía guiñar un ojo y la cara que ponía cuando lo intentaba era muy graciosa.
- ¿Por qué no pueden enterarse? - No me estaba enterando de nada. A ver, Liam dormía en el mismo hotel que nosotros, por lo que se suponía que también los demás chicos, y por lo tanto Harry. Pero no entendía porque Cathy y Lottie no debían enterarse.
- Ay Nicole, estas dormida eh. A ver, ¿Te acuerdas de como se puso Cathy, cuando le dijimos que One Direction, estaría de visita en Mánchester? - Sí, lo recordaba bien. Me había llamado a las cinco de la mañana y había estado una semana entera dejándonos mensajes en el buzón de voz cada cinco minutos hablando sobre la esperada llegada de los chicos.- Por eso mismo, es mejor que no se enteren de momento.
- Están en la habitación de al lado, la 805, así que debemos intentar no armar mucho jaleo. Recuerda que a Harry no le gustan las fans escandalosas. - Y con esto, Chloe salió del baño.




(Narra Cathy)


A las once nos encontrábamos ya entrando por la puerta del comedor donde servían el desayuno. Hoy teníamos la agenda ocupada. Estábamos en París y teníamos que visitar un montón de lugares. Miré a las demás chicas. Estaban muy guapas. Nicole iba con unos shorts azul marino a juego con una blusa de florecitas azules y victorias del mismo color, y el pelo suelto y algo despeinado. Lottie llevaba puesto un vestido en tonos blancos y verdes, la verdad precioso y con unas orquillas a modo de recogedor de pelo.
Chloe vestía unos pitillos vaqueros ajustados, y una blusa de manga corta color verde que jugaba con el tono de sus ojos. El pelo se lo había recogido con una trenza sencilla a un lado. Emily portaba una blusa blanca con unos pantalones en tono beige y unas sandalias marrones y el pelo suelto también, aunque con una diadema.


Nos sentamos en una mesa libre, al lado de la piscina. El desayuno era un bufé lleno de manjares franceses.
- Estoy muerta de hambre - Nicole y Emily se levantaron y fueron directas a coger algo de comer. Chloe, Lottie y yo las seguimos.
Chloe, Nicole y Emily habían intercambiado un par de miradas al salir de la habitación y mientras bajábamos por el ascensor. Algo escondían entre manos, pero no le di mucha importancia.